La caída del imperio «Boardwalk»
Pese a la tentación de exprimir el éxito de una de las series más prestigiosas de la segunda década del siglo XXI, Martin Scorsese y Terence Winter, creadores de Boardwalk Empire, decidieron que la épica mafiosa de Nucky Thompson pedía su «gran finale» en la quinta temporada, que mañana comienza.
Alfa y omega de Thompson, interpretado con brío escalofriante y humanidad inesperada por Steve Buscemi, se encontrarán en los últimos ocho capítulos. O en terminología de los nuevos tiempos, esta temporada estará llena de «flash forward» hacia 1931 y «flash back» a la infancia y juventud del protagonista. El declive de la Ley Seca y, en consecuencia, del esplendor de Atlantic City, llega a su fin en los años posteriores a la caída de la bolsa del 29.
La corrupción moral de un niño de buen corazón ocupa la revisión psicoanalítica del antihéroe. Las apuestas para saber adónde conducirán los acontecimientos están abiertas, con varios frentes abiertos en esta serie que repasa una época histórica en ebullición, y la ficción del protagonista intentando reformarse emocional y profesionalmente se mezcla con la realidad histórica de un Edgar J. Hoover y el FBI.
Sabiendo cómo acabó Los Soprano, de la que Winter también fue responsable, se puede esperar que corra la sangre, aunque no se sepa de quién. «No puedo prometer nada a nadie. Animales y niños son los únicos intocables, pero pasará lo que tenga que pasar. Lo bueno es que sabíamos exactamente al punto al que queríamos llegar», explicó Winter en un encuentro con la prensa en los estudios donde se rueda la serie, cerca de los astilleros de Brooklyn.
El primer capítulo de la última temporada de esta serie, galardonada con varios Globos de Oro y premios Emmy, se emitirá esta noche en Estados Unidos. Todo empieza con el pequeño Nucky nadando en el Atlántico para recoger monedas tiradas por los señoritos de Atlantic City y con una sofocante escena en La Habana con Patricia Arquette.
La primera pregunta a su creador es evidente: ¿Por qué había que terminar? «Siendo egoístas, podríamos seguir esto y hacerlo durante cinco años con un episodio semanal. Pero lo que teníamos que plantearnos era: ¿tenemos más exploraciones que hacer con estos personajes o están llegando al final de su viaje?», aseguró.
«Es el final de una experiencia intensa y emocional, pero esta serie se situaba en la Ley Seca e históricamente tenía que llegar a su fin. Después de la crisis bursátil de 1929 las reglas cambiaron. La Gran Depresión llegó a América, la gente vestía de otra manera y en 1931 fue el año en el que condenaron a Al Capone… básicamente la fiesta se terminó», resumió. Winter, que además de experto en mafia fue nominado al Óscar por el guión de The Wolf of Wall Street, quiere que recuerden la serie como «una serie para adultos» y reconoce que prefiere a los mafiosos de la vieja escuela por dos razones: «Son parte del pasado, así que no pueden hacerme daño, y visten mejor», bromeó.
El guionista reconoció la dificultad creciente de su tarea: «Parte de entretener a la gente consiste en sorprenderla y cada vez es más difícil», aseguró, en parte para justificar por qué eliminó a uno de los personajes más carismáticos de la serie, el que encarnaba Michael Pitt, en la segunda temporada. «La gente estaba muy convencida de que no podía morir porque era el segundo personaje más importante de la serie. Así que dijimos: ‘¿ah sí? Pues mira esto’. Es una serie de mafiosos, no hubiese sido verosímil de otra manera», se justificó, y consideró que, más allá de los giros imprevistos, su clave está en tejer las emociones de la cotidianeidad del gángster. «Como narrador, a mí me sigue pareciendo más interesante ver a Al Capone cuando llega a su casa y habla con su hijo sordo», ejemplificó.
Boardwalk Empire es de esas series que ha contribuido a extender esa afirmación consabida de que el mejor cine se encuentra hoy en día en la televisión, y más allá de una suntuosa recreación histórica juega con la vigencia de algunos de sus mensajes. «En 2014 seguimos teniendo un debate muy similar con la marihuana como entonces era el alcohol, con la diferencia de que el alcohol se lo prohibieron a gente que llevaba toda su vida bebiendo de manera legal. Se puede argumentar fácilmente que la cerveza y el vino son comida, al menos en Italia», dijo. Pero para cerrar capítulo, lo mejor es abrir una nueva serie y Winter ya está en ello. Volverá con HBO, volverá con Martin Scorsese y cambiará mafia por rock and roll en una producción a la que se ha sumado nada menos que Mick Jagger. Viejos amigos como Bobby Cannavale estarán allí y, el propio Winter ironizó diciendo: «Es sobre rock and roll, pero hay mafiosos en todas partes».
Información El Nacional