Caracas vive una semana de colas para comprar alimentos
Caracas vive una semana de intensas colas a las puertas de abastos y supermercados. La búsqueda de alimentos básicos es el denominador común.
Café, azúcar, margarina, harina de maíz, leche, pañales, champú y detergente para ropa están en la larga lista de necesidades que obliga a caraqueños y visitantes a madrugar a las puertas de los locales, públicos o privados, «para ver lo que se consigue».
Desde las seis de la mañana, la cola de personas y de vehículos para ingresar en el abasto Bicentenario de Plaza Venezuela se pierde de vista. En recorrido realizado por la zona, varios de las personas consultadas manifestaron desconocer los productos que conseguirán. «Estamos aquí para ver qué podemos llevar porque no hay nada por ninguna parte. Esto está fuerte», expresó una consumidora.
A pocos metros, María González protestaba porque «en enero nos dijeron que no habría cola. ¿Qué pasó con el sistema biométrico? Yo vengo desde el Valle buscando comida. No hay café, champú ni harina», sostuvo.
Desde el año pasado, los anaqueles del mercado presentaban fallas de bienes básicos, de allí los múltiples recorridos para conseguir productos. Hoy la situación se agudiza porque enero es un mes estacionario. Algunas empresas están de vacaciones colectivas, apenas retoman sus procesos productivos a mediados de enero, así como la distribución de alimentos.
No obstante, Luis Vicente León, director de Datanálisis, sostiene hay un problema raíz que sigue sin atenderse, entre ellos, fallas en la asignación de divisas, controles de precio e inseguridad jurídica. A esto se suma la presión monetaria.
«El Gobierno ha intentado resolver, pero atacando consecuencias y no las causas. Cuando tratas de resolver presionando a los empresarios, castigando a los contrabandistas o mandando a la Guardia Nacional, eso no resolverá el problema que ha generado las colas o el mercado negro», indicó León. «Hay un problema estructural y es que no hay productos suficientes», enfatizó.
De acuerdo al Banco Central de Venezuela, el año pasado una caída sostenida de la manufactura. En el primer trimestre fue de 10,3% y entre el segundo y tercer trimestre se ubicó en 12,9% y 4,4%, respectivamente.
Desesperación
Las colas que por más de dos horas realizan los consumidores, en algunos casos sin poder comprar el producto porque la oferta es insuficiente para la demanda, juegan con el estado ánimo de las personas.
«Ya estamos cansados de esto, esto es una humillación», expresó Miriam Peña.
Al respecto, el director de Datanálisis señaló que «las colas generan angustia, es un disparador de protestas. Es pólvora que nunca sabes cuándo pueda explotar».
En Farmatodo de Santa Mónica, las colas se hacen desde las seis de la mañana, asegura el parquero de la zona. «La gente viene más que todo por los pañales. Hoy se llevaron suavizante y champú», dijo.
En el automercado Excelsior Gama, cerca de la zona, optaron por vender los productos regulados directamente desde el depósito. A veces la cola da la vuelta por el estacionamiento y sale a la calle.
800Noticias/Yaneth Fernández