China mantiene su bajo índice de lactancia materna
PEKÍN (AFP) – A pesar de los recientes escándalos relacionados con la leche en polvo, China sigue siendo uno de los países del mundo con el índice más bajo de lactancia materna, consecuencia de las campañas publicitarias y de los prejuicios de las mujeres para dar el pecho a sus hijos.
Desde el escándalo de la leche adulterada con melamina, que en 2008 causó la muerte de seis niños y enfermedades a otros 300.000, China ha registrado varios casos nuevos que terminaron por arruinar la reputación de la industria láctea nacional.
Estos temores desencadenaron una verdadera explosión de las importaciones de leche en polvo, sobre todo la destinada a los bebés. El mercado de la leche para bebés representaba 1.000 millones de dólares en 2002, 9.000 millones este año, y se espera que alcance los 13.000 millones en 2015.
Esta gigantesca demanda provocó recientemente escasez en Hong Kong y en países tan lejanos como Australia, Alemania, Holanda o Nueva Zelanda.
Varios gobiernos tuvieron que instaurar sistemas de cuotas mientras se desarrollaba un gigantesco mercado negro en internet, pues revendedores en Europa y otras partes compraban localmente latas de leche para revenderlas más caras en China.
En el país más poblado del mundo, sólo 28% de las madres amamantan a sus hijos durante los seis primeros meses de su vida, una proporción que cae a 16% en las zonas urbanas.
Estas cifras son muy inferiores al promedio mundial de 40%, mientras que esa tasa llega a 80% en países como Gran Bretaña.
China es responsable de un «gran fracaso de mercadeo» para promover la lactancia materna, opina Robert Scherpbie, responsable de salud y alimentación de la UNICEF en China.
Sin embargo, advierte que los fabricantes adoptan estrategias temibles.
«Ellos afirman que refuerzan su sustituto de la leche materna con productos que favorecen el aprendizaje, aumentan la inteligencia de su hijo e incorporan sustancias que favorecen la inmunidad, cuando la leche natural ya contiene todas esas sustancias», advierte.
La fortísima proporción de operaciones cesáreas en China (aproximadamente uno de cada dos nacimientos) explica también la disminución del número de madres que amamantan a sus hijos, pues los recién nacidos pasan más tiempo separados de ellas debido a las consecuencias de la intervención quirúrgica.
Por otra parte, las fuertes presiones en China para volver rápidamente al trabajo después del parto también influyen en esos resultados.
Por todos estos motivos, los expertos no esperan que los recientes escándalos provoquen cambios notables en la proporción de chinas que dan el pecho a sus bebés.
El miércoles, China impuso fuertes multas a seis fabricantes de leche infantil, en su mayor parte extranjeros, por pactar precios en forma ilícita.
Dos días antes, el gigante neozelandés Fonterra presentó sus «profundas excusas» a China, después de la contaminación de algunos de sus productos lácteos con una bacteria potencialmente mortal. El grupo aseguró que todos los lotes involucrados habían sido retirados de la venta.