El racismo tiene vía libre en las calles de Atenas
ATENAS, (AFP) – Omar Diallo muestra dubitativo su cabeza hinchada: aunque huyó de su país natal, Guinea, tras estar preso por sus ideas y está habituado a la violencia, no conocía el racismo violento y desinhibido presente en las calles de una Grecia en crisis.
En el barrio de Atenas en que vive, donde se alinean tiendas vacías, para alquilar o vender, cubiertas de graffiti, es cada vez más peligroso ser un extranjero negro. «Hay zonas donde ya no tenemos derecho a entrar, o adonde sólo podemos ir en grupo», dice.
«Sufrimos intimidaciones» de grupos «racistas», asegura.
Su relato corrobora el de más de 154 víctimas de ataques físicos violentos registrados en lugares públicos en 2012 en Grecia (107 en Atenas), contabilizados por una red de organizaciones no gubernamentales, lo que supone un incidente cada tres días.
Diallo estaba solo cuando fue agredido. «Cuatro personas me atraparon en la calle, uno de ellos me golpeó con algo en la cabeza. Me caí, me pegaron. Cuando terminaron se fueron».
Ningún eslogan racista, ninguna reivindicación, ninguna pista. La policía trasladó a Omar al hospital, donde recibió puntos de sutura en la cabeza.
«En la gran mayoría de los casos, las víctimas son extranjeras y consideran que son atacadas por el color de su piel», indica un informe de las ONGs. Según la misma fuente, en ocho casos las víctimas afirman haber reconocido a miembros del partido neonazi Amanecer Dorado, debido a las insignias que portaban.
Efecto paralizante
La violencia, a veces acompañada de insultos racistas, paraliza a los testigos.
«Vi golpear a un joven paquistaní delante de mis ojos por dos gigantes, que recorrieron todo el autobús para abordarlo, antes de tirarlo violentamente a la calle. No intervine, tuve miedo», confiesa mortificado a la AFP un jubilado francés, que vive en Atenas desde hace un año.
Según el informe, sólo 24 víctimas en 2012 denunciaron la agresión sufrida a la policía. Para Omar, de 28 años, estudiante de relaciones internacionales en Conakry, el aumento de la violencia racista sin duda «comenzó cuando (Antonis) Samaras llegó al poder», en junio de 2012.
Entonces el partido neonazi Amanecer Dorado «entró al Parlamento» con 18 diputados. «Se sintieron fuertes políticamente».
«Prácticamente cada día en diferentes lugares del país, especialmente en Atenas, tienen lugar ataques racistas», resume Giorgos Tsabropoulos, que dirige el Alto Comisionado para Refugiados de la ONU en Grecia.
Los agresores «tratan de no matar sino provocar heridas visibles, para expandir el miedo en las comunidades», explica Nikitas Kanakis, secretario general de la ONG Médicos del Mundo en Grecia.
Las fotos de un hombre con la espalda llena de puñaladas dieron la vuelta al mundo. Kanakis también denunció el caso de un niño afgano de 14 años, a quien le habían destrozado el rostro destrozado con una botella rota en uno de los bastiones neonazis de Atenas.
Acciones «inaceptables»
El gobierno condena las acciones «inaceptables» de Amanecer Dorado, que es «claramente un partido neonazi», según el ministro de Orden Público y Protección del Ciudadano, Nikos Dendias.
Pero mientras el país lucha por poner en práctica medidas anti-racistas y ponerse de acuerdo sobre una propuesta de ley deseada por el Consejo de Europa, el propio ministro, en una entrevista reciente con la BBC, ha afirmado que Grecia «no necesita una ley contra el racismo».
Según él, la influencia de Amanecer Dorado y la emergencia del discurso xenófobo y racista están directamente vinculados con la llegada de inmigrantes ilegales a Grecia, «que representan un enorme peso» para la sociedad.
Y demanda ayudas suplementarias de la Unión Europea para manejar este flujo.
«Hemos creado una brigada especial en la policía» para luchar contra el racismo, «se han abierto investigaciones para crímenes racistas, y pienso que la gente que actúa ilegalmente debe ir a prisión», dice.
Desde el invierno boreal pasado, la embajada de Estados Unidos en Grecia advierte en su sitio web a los turistas estadounidenses de «ataques violentos», especialmente dirigidos a «aquellos que, en razón de su color de piel, son percibidos como inmigrantes» en Grecia.
Además, llama a la prudencia a ciudadanos en situación de riesgo, es decir, a los que tengan «orígenes africanos, asiáticos, hispanos o de Medio Oriente».