Se salvó de morir en terremoto bebiendo su propia orina - 800Noticias
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Redacción 800 Noticias

Una de las historias más esperanzadoras luego del terremoto en Ecuador fue la de Pablo Córdova, que aguantó 36 horas bajo los escombros del hotel donde trabajaba en Portoviejo. Calmó la sed con su propia orina y oró para que el servicio de telefonía móvil se restableciera antes de que la batería de su celular se agotara. Por fin logró llamar a su esposa el lunes por la tarde, y poco después un equipo de rescatistas colombianos lo sacó de las ruinas.

La esposa de Córdova había renunciado a volver a verle, y se las había arreglado para comprar un ataúd.

«Mi mujer ya me estaba organizando el velorio», bromeó en un hospital provincial Córdova, un hombre de bigote espeso y sonrisa fácil. «Gracias a Dios tengo vida y un ataúd que debo devolver porque aún me falta mucho para morirme».

El personal de rescate llegado de México, Colombia y España, entre otros países, indicó que seguiría buscando sobrevivientes el miércoles, pero advirtió que se estaba acabando el tiempo y las posibilidades de encontrar a más gente con vida menguaba con el paso de cada hora.

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