Se retrasa el reinicio de la cumbre europea sobre el fondo pospandemia
EFE
La tercera jornada de la cumbre en que los líderes de la Unión Europea (UE) intentan acordar el fondo de recuperación tras la pandemia de coronavirus y el presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 se retrasó este domingo, puesto que la reunión de los Veintisiete no comenzó a mediodía, como estaba previsto en un primer momento.
Fuentes comunitarias indicaron a Efe que el encuentro de todos los jefes de Estado y Gobierno de la UE «comenzará un poco más tarde» de las 12:00 horas (10:00 GMT), el horario anunciado inicialmente.
En cualquier caso, los contactos en grupos reducidos continúan y durante la mañana han mantenido un encuentro el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, con la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; y la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen.
A su llegada a la reunión, Merkel consideró que la tercera jornada de la cumbre es «la decisiva», pero reconoció que aún no puede decir «si se encontrará una solución».
«Hay mucha buena voluntad, pero también hay muchas posiciones diferentes. Haré lo que me corresponde en esto. Pero también es posible que no haya un resultado hoy», advirtió.
Macron dijo creer que un «compromiso» en las próximas horas era «todavía posible».
«Pero estos compromisos no se harán a costa de la ambición europea», y recalcó que la crisis que atraviesa la UE por el coronavirus es «inédita» y los países y «la unidad de Europa» necesitan una solución.
Ell primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, confió «sinceramente» en que hoy logren «romper el punto muerto» en las negociaciones.
«Desde el principio he dicho que tenemos que hacer compromisos, pero que estos compromisos no pueden ser unos que agüen nuestro nivel de ambición para una sólida respuesta europea a la crisis del coronavirus», consideró, y agregó que «afrontamos una crisis económica sin precedentes y no podemos permitirnos mostrarnos divididos o débiles».
Su homólogo húngaro, Viktor Orbán, declaró a los periodistas en un parque de Bruselas que no quería «entrar en echar las culpas», pero añadió que «el holandés es el hombre responsable de todo el lío», en referencia al primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, el mandatario más reticente a aprobar el fondo de recuperación con un nivel elevado de ayudas directas a los países más afectados por la pandemia.
«Si hay un bloqueo, no es por mí», constató Orbán.
El propio Rutte afirmó que «hay problemas importantes en el Sur» y mostró su disposición a «ayudar», pero advirtió de que también quiere que «se implementen las reformas necesarias» y recordó que «todo el mundo debe estar de acuerdo» con la propuesta final.
«Estamos intentando ver todos juntos adónde nos va a llevar esto. ¿Cómo podemos salir de ahí? Es complicado. Nos damos cuenta de que hay problemas importantes en el Sur y queremos ayudarles también, pero queremos que el Sur implemente las reformas necesarias. Como Países Bajos, ya no estamos aislados (en su posición). Eso es buena noticia», explicó.
Rutte consideró posible alcanzar un trato, incluso en lo que respecta al tamaño del paquete de ayudas, pero subrayó que «hay problemas realmente grandes», como las cuestiones del «Estado de Derecho, en combinación con los préstamos y, por supuesto, los subsidios».
La segunda jornada de la cumbre el sábado concluyó sin pacto y se decidió continuar con las discusiones este domingo, un día más de lo previsto, escenario que nadie descartaba dado el interés de la mayoría de países por cerrar un acuerdo en julio.
Al término de ese segundo día, los puntos de bloqueo seguían siendo el volumen del fondo de recuperación y el equilibrio entre subvenciones y préstamos, las condiciones para aprobar las ayudas y los descuentos que reciben algunos países en su aportación al presupuesto comunitario.
Las líneas que dividen a los Veintisiete no se han movido sustancialmente y las concesiones propuestas por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para vencer la oposición de los autodenominados «frugales» -Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca- no convencen a estos países, que reclaman más recortes al plan y más control sobre las ayudas.