Se eleva a 464 el balance de muertos iraníes en estampida en La Meca - 800Noticias
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Teherán, Irán | AFP | El número de iraníes muertos en la estampida de Mina, cerca de La Meca, se duplicó prácticamente, de 241 a 464 muertos, según un balance publicado este jueves en Teherán, que pone fin a las esperanzas de hallar con vida a desaparecidos.

Más de la mitad de las víctimas de la tragedia, que se produjo hace siete días con un balance total de 769 muertos, son por tanto de nacionalidad iraní.

Esta tragedia ha generado una renovada tensión entre Irán, el gigante chiita de la región, y Arabia Saudita, la principal nación sunita.

El miércoles, el guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, estimó que «el gobierno saudí no cumple con su deber en lo que se refiere a la repatriación de los cuerpos» y amenazó con reaccionar «duramente» si no lo hace pronto.

«Siete días después de este trágico accidente y de una búsqueda sin pausa (…) el número de peregrinos iraníes que ascendieron al paraíso mientras cumplían los rituales del hach en Mina es de 464», señaló este jueves un comunicado del comité organizador iraní del hach.

El comunicado añade que se buscó «en todos los hospitales y centros de atención de La Meca, Yedá, Taef, Mina y Arafat» y no se prevén cambios significativos en el balance porque los desaparecidos fueron dados por muertos.

El ministro de Salud iraní, Hasan Hachemi, que se encuentra en Arabia Saudita, confirmó a la agencia oficial iraní Irna haber llegado a un acuerdo con su homólogo saudí, Jaled al Faleh, para repatriar «cuanto antes» los cuerpos de los peregrinos iraníes.

«Las dos partes acordaron la repatriación cuanto antes de los cuerpos de los iraníes identificados», informó la agencia oficial SPA este jueves, después de la reunión entre los dos ministros.

 

Exembajador entre las víctimas

Según el ministerio iraní de Exteriores, entre los desaparecidos en la tragedia figura Ghazanfar Roknabadi, de 49 años, exembajador de Irán en Líbano, un cargo muy importante.

Las dos potencias rivales ya están enfrentadas en varios frentes, en particular en Yemen, donde Riad lidera una coalición militar que apoya al gobierno y Teherán lo hace a los insurgentes chiitas hutíes.

La coalición, integrada principalmente por los países del Golfo, impone un bloqueo marítimo de Yemen desde el comienzo de su intervención en marzo pasado para apoyar al presidente Abd Rabbo Mansour Hadi contra los rebeldes chiitas  aliados a Irán.

El gobierno yemení y la coalición acusan regularmente a Irán de apoyar activamente a los hutíes, que se ampararon de vastos territorios yemeníes desde hace un año y controlan Saná, la capital. Para justificar la intervención, las monarquías sunitas del Golfo, encabezadas por Arabia Saudí, afirman que quieren impedir que Irán reedite en Yemen la experiencia del movimiento libanés Hezbolá.

Durante la última semana Arabia Saudí e Irán subieron el tono a propósito de la estampida producida en el peregrinaje a La Meca.

Irán acusó a las autoridades saudíes de negligencia en la organización de las manifestaciones religiosas. Arabia Saudí replicó acusando a Irán de querer «politizar» la catástrofe que enlutó la peregrinación.

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