Sao Paulo cierra un hospital mientras el virus crece en otras zonas de Brasil
EFE
Sao Paulo, el epicentro de COVID-19 en Brasil, cerró este lunes uno de sus hospitales de campaña tras una desaceleración de casos en la ciudad, en contraste con las localidades del interior y otras capitales regionales del país, donde la pandemia se ha recrudecido tras comenzar la desescalada.
El alcalde de la ciudad más populosa del país, Bruno Covas, acompañó la salida de los dos últimos pacientes que estaban ingresados en el hospital de campaña que funcionaba desde inicios de abril sobre el césped del mítico estadio Pacaembú.
En estos casi tres meses en activo, 1.515 enfermos han pasado por sus 200 camas, de los que solo tres fallecieron.
«No tenía sentido mantener una estructura de este tamaño con 600 profesionales y dos o tres pacientes», defendió el regidor, enfermo de cáncer y que llegó a contraer el patógeno, aunque ya se recuperó.
Covas indicó que la tasa de ocupación de camas de terapia intensiva se mantiene «por debajo del 60 %» y aseguró que «no hay ningún dato que muestre algún cambio en la curva», que, según él, se ha ralentizado incluso con la reapertura económica iniciada este mes.
No obstante, en la capital paulista, donde viven unos 12 millones de personas, aún siguen activos otros dos hospitales de campaña. Uno en el Polideportivo del Ibirapuera y otro en el centro de convenciones de Anhembi, este último con 1.800 camas.
Los equipamientos sanitarios usados en el Pacaembú serán transferidos a hospitales municipales de Sao Paulo, que registra 7.000 muertes y cerca de 125.000 contagios.
Según el último balance del Ministerio de Salud, Brasil, segundo país más golpeado por la pandemia después de Estados Unidos, registra casi 58.000 muertes y 1,34 millones de contagios.
BRASIL, A DOS VELOCIDADES ENTRE LA REAPERTURA Y EL AISLAMIENTO
A partir del próximo lunes, los bares, restaurantes y salones de belleza de Sao Paulo podrán abrir de nuevo sus puertas, un paso más hacia la normalidad tras la reapertura, desde la segunda semana de este mes, de los comercios de calle y los centros comerciales.
Expertos epidemiológicos consultados por Efe consideran arriesgada la flexibilización de las medidas de aislamiento social en este momento y advierten que las posibles consecuencias de ello pueden llegar en las próximas semanas.
De hecho, la situación es diametralmente opuesta en el interior del estado de Sao Paulo, donde el Gobierno se ha visto obligado a frenar la desescalada tras un aumento de los casos y muertes en algunas zonas.
En un intento de evitar un empeoramiento, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, anunció que serán aplicadas multas tanto para establecimientos comerciales como para individuos que no utilicen mascarillas en ambientes públicos a partir del 1 de julio.
Otras capitales regionales de Brasil también han tenido que dar marcha atrás en sus planes de reapertura económica, como Porto Alegre (sur), Belo Horizonte (sureste) y Curitiba (sur), que las últimas semanas han visto un incremento importante en el número de hospitalizaciones.
Por otro lado, el Gobierno del Distrito Federal de Brasilia declaró hoy el estado de «calamidad pública», tras un agravamiento de la enfermedad en la capital brasileña, donde ya deja casi 550 muertes y 45.000 contagios.
En la práctica, la declaración del estado de «calamidad pública», es una medida puramente administrativa que otorga a las autoridades locales una mayor libertad en el manejo de sus presupuestos y les permite tener acceso, de forma rápida, a recursos del Gobierno central para hacer frente a una emergencia.
Brasilia fue la primera región de Brasil en adoptar, a mediados de marzo, medidas de aislamiento social para contener la propagación del patógeno con el cierre de las escuelas y la suspensión de eventos públicos.
Sin embargo, también fue de las primeras en flexibilizar el distanciamiento y permitir la reapertura gradual de comercios no esenciales desde finales de mayo, lo que se ha traducido en un repunte en el número de infectados por COVID-19.
De acuerdo con datos oficiales, ya hay al menos un caso de coronavirus en el 90 % de los 5.570 municipios de Brasil, que cuenta con 210 millones de habitantes.
EL MINISTERIO DE SALUD GASTA SOLO UN TERCIO DE LOS RECURSOS
Después de más de cuatro meses de pandemia, el Ministerio de Salud ha gastado hasta la fecha 11.500 millones de reales (2.110 millones dólares) de los 39.300 millones reales (7.210 millones de dólares) disponibles para combatir la pandemia de coronavirus.
Ello supone que la cartera solo ha utilizado un 29 % del total. Salud está liderado de forma interina por el general Eduardo Pazuello, tras la salida de sus dos antecesores por discrepancias con el presidente Jair Bolsonaro, quien niega la gravedad de la enfermedad.
La deficiencia en la aplicación de los presupuestos no es un problema que ocurre únicamente con los recursos destinados a luchar contra el COVID-19, y sí algo crónico que acontece con frecuencia en las tres esferas del poder. EFE