Santos entra en el último de sus 96 meses como presidente de Colombia
EFE
El Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, entra en la recta final cuando falta un mes para que entregue el cargo a su sucesor, Iván Duque, formado en las filas de la oposición uribista, y quien asumirá el próximo 7 de agosto.
Santos llegó a la Presidencia en 2010 y fue reelegido en 2014 para un segundo mandato de cuatro años durante el cual firmó la paz con la guerrilla de las FARC y ganó el Premio Nobel, entre otros logros, pero dejará el Gobierno con una baja popularidad inferior al 30 %.
«Entregamos un país diferente y en paz gracias a ustedes», manifestó este viernes en un acto con el personal de Casa Militar y Seguridad Presidencial, una de las muchas despedidas que desde hace semanas copan su agenda.
La paz con las FARC, ahora convertida en partido político, su principal legado de Gobierno, está presente en todos sus discursos, pero la situación del país dista de ser la de una nación reconciliada.
Prueba de ello son los asesinatos de líderes sociales que se han recrudecido en los últimos meses, con siete casos esta semana, y que anoche movilizaron a multitudes con velas en distintas ciudades del país para exigir que cese la violencia contra ellos.
La Fiscalía General contabiliza 30 defensores asesinados este año y 178 desde 2016, pero la Defensoría del Pueblo asegura que entre el 1 de enero de 2016 y el pasado 30 de junio fueron 311 los líderes sociales víctimas de manos homicidas.
«Lo primero, quiero condenar una vez más, de la forma más enérgica, los asesinatos de los líderes sociales», dijo Santos el jueves en una visita a Tumaco, municipio del departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador, que es justamente uno de los más golpeados por la violencia reciclada de grupos armados ilegales, entre ellos bandas de narcotraficantes y disidentes de las FARC.
Esos grupos se lucran principalmente de actividades como los cultivos de coca que crecieron de manera escandalosa en los últimos años y que han tensado las relaciones con Estados Unidos, así como de la extorsión y de la minería ilegal que destruye ríos y selvas y que son algunos de los lunares de su Gobierno.
Pese a que su deseo era concretar también un acuerdo de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las negociaciones con esa guerrilla están estancadas en Cuba y su continuidad dependerá de lo que decida Duque cuando se instale en la Casa de Nariño.
Sin embargo, y a pesar de esos problemas, Santos cree firmemente que la transformación del país durante sus ocho años como presidente no tiene vuelta atrás y que «esta paz realmente sí va a tener un efecto muy positivo» en la economía, en la política y en lo social, como lo manifestó en una reciente entrevista con Efe.
Como ejemplo de ese futuro promisorio presenta el ingreso hace poco más de un mes de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), otro de los grandes logros de su Gobierno en el campo internacional.
Esa adhesión la concretó a finales de mayo en un viaje a Europa en el que también oficializó un acuerdo de cooperación con la OTAN que convierte a Colombia en el primer país latinoamericano con estatus de «socio global» de la Alianza Atlántica, algo impensable hace solo unos años para una nación que se consumía en un prolongado conflicto armado interno.
Si bien se le acusa de haber descuidado muchos asuntos por dedicarse casi que exclusivamente al tema de la paz, el mandatario hizo mejoras sociales en áreas como la educación y la vivienda e importantes avances en temas como la ampliación de las áreas protegidas en parques naturales.
Entre las tareas que tiene pendientes para los próximos días está la delimitación de siete páramos, que se sumarán a los 30 ya protegidos, algo de gran importancia pues de esos ecosistemas sale el 70 % del agua dulce del país.
También sancionará, el próximo lunes, la «Ley de sometimiento a la justicia», que busca facilitar la entrega de los integrantes de las bandas criminales y firmará la ley que establece el «Estatuto de la oposición», producto del acuerdo de paz con las FARC.
El presidente tiene previsto en su último mes en el cargo un viaje internacional, que será a México para participar el 24 de este mes en la cumbre de la Alianza del Pacífico a celebrarse en Puerto Vallarta, en lo que será su despedida en el exterior donde paradójicamente tiene mejor imagen que en su propio país.