Santa Luisa De Marrillac y las Hijas de la Caridad, por María García de Fleury
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El 15 de marzo se celebra a Santa Luisa De Marrillac, una francesa que nació el 12 de agosto de 1591 en Paris, Francia, pertenecía a una familia de la nobleza, los Marillac, era de estatura pequeña, delgada, con buena salud y se destacaba por su inteligencia.
Aunque quería ser religiosa, la obligaron a casarse con Antonio Le Gras, primer secretario de la Reina Madre María de Medici, a los 34 años quedó viuda con un solo hijo que ya tenia 15 años en aquella época. El mundo campesino pasaba gran miseria, los impuestos los arruinaban, los enfermos del campo se morían sin atención medica, pues los hospitales estaban solo en las ciudades; eran escasos los pueblos en los que habían escuelas, lo común eran los maestros ambulantes que por poco dinero enseñaban a los hijos de los campesinos; como estaban prohibidas las escuelas mixtas, solo iban a las escuelas los varones, las niñas se quedaban cuidando a sus hermanos pequeños y haciendo labores caseras.
En ese tiempo el padre Vicente De Paul, había fundado una asociación de señoras conocidas hoy como las Voluntarias de la Caridad y una congregación de sacerdotes llamados los Paules, Los Vicentinos o los Lazaristas; el Padre Vicente De Paul animó a Luisa De Marillac a unirse a su proyecto de devolver a los pobres su dignidad humana y sus derechos, a modernizar las instituciones para hacerlas mas eficaces y crear otras nuevas para las nuevas necesidades, esto entusiasmó tanto a Luisa que aunque las ideas eran de Vicente ella fue la ejecutora.
Luisa organizó una asociación de mujeres a las que llamaron las Hijas de la Caridad, eran religiosas consagradas sin clausura pero que, en palabras del Padre Vicente, tienen por monasterio las casas de los enfermos, por celda una habitación de alquiler, por capilla la iglesia parroquial, por claustro las calles de la ciudad. Luisa De Marillac se dedicó totalmente a la misión de hacer experimentar a estas jovenes que servir a los pobres era lo mismo que servir a Cristo porque los pobres y Cristo eran la misma realidad, comenzaron atendiendo a los enfermos pobres en sus casas, luego pasaron a organizar hospitales, Luisa insistía en que las Hijas de la Caridad además de las técnicas sanitarias, la limpieza y la formación espiritual debían ponerle calor humano a base de humildad, sencillez y amor que eso era lo que San Vicente les había enseñado como espiritu propio y que ella traducía en tolerancia, mansedumbre y cordialidad.
Con el aporte económico de las Señoras de la Caridad, Luisa logró organizar las escuelas para niñas pobres que Vicente había fundado, Luisa, siempre alegre y tenaz, dirigió la obra de los niños abandonados y los salvó durante la Guerra Civil de la Fronda, organizó las primeras residencias de ancianos con talleres para que se sintieran útiles, acogió a los inmigrantes que llegaban a Paris huyendo de la guerra, en especial a muchachas desamparadas.
Rodeada de muchas de sus hijas espirituales, falleció el 15 de marzo de 1660 a los 69 años, habiendo entregado su vida a Dios y a los demás, convencida de que con Dios ¡siempre ganamos!
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