Sánchez reivindica la ley de amnistía entre ataques al PPE y en presencia de Puigdemont

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El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, reivindicó este miércoles en presencia del expresidente catalán Carles Puigdemont los beneficios que tendrá la ley de amnistía, entre ataques a la ultraderecha y al Partido Popular Europeo (PPE) por lanzar «falsedades» contra su Ejecutivo.

Sánchez compareció ante el Parlamento Europeo para hacer balance de la presidencia española del Consejo de la UE, pero el pleno derivó en un cruce de reproches con algunos portavoces, principalmente el del PPE, el alemán Manfred Weber.

En su intervención inicial el presidente del Gobierno se limitó a hacer un repaso de los principales asuntos del semestre de presidencia en los que ha habido avances, considerar que ha sido exitosa y asegurar que, con su Ejecutivo de coalición, Europa ha ganado «un gran aliado».

Aunque sí lanzó algún mensaje respecto a lo que habría supuesto un Gobierno en España del PP con Vox, se reservó críticas a la derecha y sus referencias a la amnistía para la réplica una vez que hubiera escuchado a los representantes de los grupos.

Entre ellos Weber, quien le acusó de dividir Europa por su posición ante el conflicto en Oriente Medio (había insistido minutos antes Sánchez en pedir una voz clara en favor del reconocimiento del estado palestino) y le criticó a cuenta de la amnistía diciendo que «un principio básico de la democracia es decir la verdad a la gente antes de las elecciones».

Tras asegurar que la presidencia española «no ha sido una historia de éxito», volvió a pedir a la Comisión Europea que investigue urgentemente lo que está sucediendo en España e instó a Sánchez a decir claramente si está a favor de las comisiones sobre el ‘lawfare’ en el Congreso.

Amenaza a la democracia

Sánchez centró en Weber su turno de réplica al lamentar haber escuchado «afirmaciones erróneas, maliciosas y rotundamente falsas» sobre la calidad democrática y asegurar que el único caso de ‘lawfare» en España es el «secuestro» del Consejo General del Poder Judicial por parte del PP al impedir su renovación.

Le aseguró que la amenaza para la democracia no es un Gobierno como el de España, sino la ultraderecha y «la irresponsabilidad de las derechas tradicionales» que les abren las puertas de gobiernos y hacen suyas muchas de sus ideas.

Tras instar a Weber a que dijera si se siente «cómplice» de esa amenaza, le pidió conocer realmente España, no limitarse a repetir «las proclamas infundadas que les pasan sus colegas del Partido Popular», y decir si comparte decisiones como recuperar nombres de calles de personas vinculadas con la dictadura franquista.

«¿Ese sería también su plan para Alemania, señor Weber, devolverle a las calles y plazas de Berlín el nombre de los líderes del Tercer Reich?», preguntó al dirigente alemán.

Sánchez, que subrayó la plena legitimidad de su Gobierno, defendió igualmente la ley de amnistía porque facilitará la normalización en Cataluña.

En ese momento se dirigió a Puigdemont, que poco antes había tomado la palabra en la primera ocasión que comparten sala de manera pública desde que el líder independentista catalán huyera a Bélgica en octubre de 2017 tras el referéndum ilegal.

Puigdemont no mencionó la amnistía, pero le advirtió de que dejar pasar oportunidades «por miedo o por incapacidad» trae consecuencias que «nunca son agradables», y Sánchez le instó a avanzar en la vía de la política, la negociación y la Constitución insistiendo en que la ley de amnistía es «un paso importante».

Consecuencias de la amnistía

A la amnistía se refirió el eurodiputado de Vox Jorge Buxadé, quien fue muy duro con Sánchez y auguró que «pasará a la historia como el presidente que no puede caminar por las calles de España por miedo al pueblo» y le hizo responsable «de lo que le pase a España y a los españoles» si se aprueba esa medida de gracia para los implicados en el ‘procés’.

Entre los eurodiputados que tomaron la palabra y tras la defensa de Sánchez que hizo la socialista Iratxe García, el representante de ERC Jordi Solé lamentó, al igual que Puigdemont, que no se haya logrado aún el uso del catalán en las instituciones europeas, mientras que la también eurodiputada de este partido Diana Riba ratificó que volverán a poner sobre la mesa la celebración de un referéndum en Cataluña.

Izaskun Bilbao, del PNV, opinó que la amnistía «reseteará la situación en Cataluña y fortalecerá el estado de derecho», y la socialdemocrata alemana Katarina Barleu la consideró como una herramienta para resolver divisiones.

Por su parte, Terry Reintke, de los Verdes, aplaudió que haya un Gobierno progresista en España que ayudará a «configurar el futuro», e Idoia Villanueva, en nombre del grupo de la Izquierda, denunció el «manoseo» de la Eurocámara por parte de los populares y la extrema derecha al colar el debate sobre la amnistía.

Sin embargo, Dolors Montserrat, del PP, aseguró que «España dice no a una amnistía «intolerable» que consideró «un golpe a la democracia», y Adrián Vázquez, de Ciudadanos, dijo que esa medida revienta el principio de igualdad y da impunidad a fugados que «nos miran con sorna».

En el pleno intervino también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien destacó las «circunstancias increíblemente desafiantes» en las que se ha desarrollado la presidencia española del Consejo de la UE, entre ellas el conflicto en Oriente Medio, y el «enorme conjunto de prioridades» acometidas. EFE