Salma Hayek, de las telenovelas a reina en Cannes
Cannes, Francia | AFP . De actriz de telenovelas a la alfombra roja de Cannes, la mexicana Salma Hayek, de 48 años, recorrió en medio centenar de filmes y 20 años de carrera el escarpado camino hacia el firmamento de Hollywood.
Pistolera junto a Antonio Banderas en «Desperado» en 1995, nominada a los Óscar por el papel de su vida como Frida Kahlo en 2002, o actriz en comedias ligeras como «Grown Ups» una década más tarde, Hayek ha cultivado los géneros más variados.
«Estoy agradecida de ser de donde soy, pero también de haber tenido la oportunidad de conocer otras culturas y poder representar a tantos tipos distintos de mujer», dijo la actriz en Cannes a un periodista que le preguntó si se sentía encarnar a la mujer latina para el resto del mundo.
«Cuando hago un papel –aclaró— represento a la mujer que está en el guión. Y me gustaría representar a un hombre también», bromeó.
Su último rol es el de una reina obsesionada por quedar embarazada, en la barroca y fantasiosa «El cuento de los cuentos» del italiano Matteo Garrone, inspirada en relatos del siglo XVII de Giambattista Basile, poblados de reyes, príncipes, ogros y hadas, estrenada este jueves en Cannes.
Hija de un empresario mexicano de origen libanés y de una cantante de ópera, Hayek contrajo matrimonio en 2009 con François-Henri Pinault, padre de su hija Valentina y uno de los hombres más ricos de Francia, al frente del imperio de lujo Kering (Gucci, Saint-Laurent, Balenciaga), que este año pasó además a ser uno de los patrocinadores del Festival de Cannes.
La serpiente con Tarantino
No todo fue un lecho de rosas para la joven Salma en el periplo desde su Coatzacoalcos natal, donde superó en la infancia el obstáculo de una dislexia. Las reglas estrictas de un colegio católico norteamericano de Luisiana forjaron luego su carácter sin doblegarlo: las monjas norteamericanas se dieron por vencidas y la expulsaron de la institución.
De regreso a México, estudia relaciones internacionales en la Universidad Iberoamericana, carrera que abandonará para dedicarse de lleno a la actuación.
Tras una breve incursión en el teatro se inicia en la pantalla chica como protagonista en «Teresa» telenovela sobre una joven pobre ambiciosa que usa el poder de la belleza para trepar en el mundo del lujo.
Dos años después se muda a Los Ángeles donde el famoso director de cine Robert Rodríguez, que advierte fortuitamente su presencia en un show televisivo, le propone más tarde el rol en «Desperado» junto a Banderas.
Pero fue su actuación para Quentin Tarantino en 1996 en «From dusk till dawn» (Del crepúsculo al amanecer) y su danza erótica con una serpiente que la catapultó a la fama en Hollywood como símbolo sexual como lo hiciera cincuenta años antes con Rita Hayworth otra escena inolvidable de baile en «Gilda».
Varios filmes más tarde, la consagración actoral llega de la mano de Frida Khalo, papel que cristaliza a Hayek como ícono mexicano y le vale una nominación al Óscar a la Mejor actriz en 2003.
Tras volver a incursionar en la pantalla chica con «Ugly Betty», versión en inglés de la colombiana «Betty la fea», prosigue su prolífica carrera en el cine, trabajando entre otros junto a George Clooney, Matthew Peery o John Travolta, a veces tomando distancia de la etiqueta de actriz latina.
«Estoy muy orgullosa de mis orígenes, que hicieron de mí la que soy —dijo en Cannes— pero por dentro mío soy una mujer y un ser humano, mi casa es donde está mi familia, aunque siga queriendo a todos los lugares donde he vivido».