Sagan ganó la tercera etapa de la Vuelta a Suiza
800 Noticias | EFE
Como en sus mejores momentos, el eslovaco Peter Sagan (Total Energies), triple campeón mundial en ruta, volvió a mostrarse imbatible al esprint y ganó, después de una sequía de casi 9 meses, la tercera etapa de la Vuelta a Suiza, disputada entre Aesch y Grenchen, de 176,9 km, jornada que mantuvo como maillot amarillo al británico Stephen Williams (Bahrain Victorious).
Volvió Sagan con su primera victoria con el maillot del Total Energies, y lo hizo como solía, con fuerza bruta, habilidad y una velocidad insuperable. Así se llevó el esprint en la localidad relojera de Grenchen, donde el reloj del campeón volvió a dar la hora del éxito.
Sagan (Zilina, 32 años) se mostró «feliz por el regreso» al podio, esta vez superando con autoridad al francés Bryan Coquard (Cofidis) y al noruego Alexander Kristoff (Intermarché), en un esprint en el que se colocó quinto el español del Movistar Alex Aranburu.
Costó formar el esprint por la escapada del día con 6 hombres y por el ímpetu solitario del suizo Bisseger, pero finalmente decidieron los velocistas. Buena noticia para Williams, quien mantuvo el maillot amarillo, seguido por el danés Andreas Kron (Lotto Soudal) a 6 segundos, el noruego Leknessund (DSM) a 7 y con el mismo tiempo el galés Geraint Thomas (Ineos), empeñado en volver a la primera plana.
No estaba claro el esprint por unas cuantas cotas que podían resultar incómodas. Por si acaso, intentaron la vía de la fuga un ilustre como Philippe Gilbert y buenos rodadores como Simmons, Bissegger, Rosskopf, Boaro y Reutimann.
El grupo se llevó bien superando la Cota de Bouvier, pero en la siguiente empezaron los palos. En Bellelay, puerto de 2ª categoría atacaron Bisseger y Simmons para ir probando las fuerzas del personal.
De los dos, Bisseger fue el más ambicioso en vistas de que el pelotón se iba acercando de manera peligrosa, así que atacó en la última dificultad del día, el Vauffelin (3ª categoría), donde coronó con 1.20 de ventaja.
Bisseger, un buen contrarrelojista, séptimo del mundo de la especialidad, reto a todos, como en la víspèra el noruego Leknessund. Al nórdico le salió bien la jugada, al suizo no. El chaval del EF Education quiso rentabilizar 5o segundos de ventaja en los últimos 15 km por carreteras estrechas, boscosas, con las sombras pintadas a ramalazos sobre el asfalto.
Arriesgó Bisseger en cada curva, quería ganar su segunda etapa en su país, pero a 11 de la última línea se llevó el mazazo de realidad. Cambio al escenario previo de un esprint. En el paso intermedio puntuaron Thomas y Schachmann, el alemán, segundo en la general, se acercó aún más Williams, y luego se estrelló perdiendo todas sus opciones y un trozo del maillot, mordido por el asfalto.
Apareció el Total Energies con todo su arsenal de «guepardos», incordiados por el Bora, el UAE…todos querían cazar la presa. Pero los colocadores de Sagan estuvieron excelsos en la preparación de la llegada. Pasqualon preparó el terreno, Kristoff lanzó y Sagan, desde lejos, imparable, remató. Había vuelto el fenómeno de Zilina.
Era la victoria 120 de Sagan, su estreno de la temporada y con su nuevo equipo. Mucho tiempo sin celebrar nada, un corredor con 3 títulos mundiales, 12 etapas del Tour incluidos 7 maillots verdes, rey de la Roubaix y Flandes… un ciclista de época que a pesar de las dificultades pasadas en los últimos tiempos, incluido el Covid, ha podido volver a la primera página.
Este miércoles se disputará la cuarta etapa, entre Grenchen y Brunnen, con un recorrido de 190,8 km.