Rusia quiere influir en Latinoamérica para desafiar a EEUU, según un estudio
EFE
La presencia de Rusia en América Latina es «débil», pero hay «evidencia» de que quiere influir en la región valiéndose de medios de comunicación y redes sociales, aparentar ser una gran potencia e «irritar» a EEUU, según un estudio del Real Instituto Elcano presentado este jueves.
El documento de este gabinete de estudios alerta de que el apoyo ruso a gobiernos «no democráticos como el de Venezuela» o la venta de armas y la cooperación militar con ese país, Nicaragua y Cuba «pueden desestabilizar» la zona y, en consecuencia, influir «negativamente» en las inversiones e intereses políticos españoles.
Pero la «debilidad económica rusa» y su influencia en la región no son «ninguna amenaza seria» actualmente para España, dijo la autora del informe, Mira Milosevich-Juaristi.
«Brasil y México son los mayores socios comerciales de Rusia, mientras el ‘triángulo del Caribe’ -Venezuela, Cuba y Nicaragua-, con estrechos vínculos políticos y militares con el Kremlin, favorece la penetración geopolítica rusa en el continente», describe el estudio.
Pero si el líder opositor Juan Guaidó se convierte en el «presidente» de Venezuela, Rusia se quedará sólo con sus históricos aliados de la Guerra Fría, lo que «limitará aún más» su presencia e influencia.
Según la autora, Venezuela no es Siria para Rusia por razones geoestratégicas e intervenir en un país tan lejano sería «muy costoso».
La especialista cree que Rusia tiene establecidos «ciertos canales» con la oposición, pero seguirá apoyando a Nicolás Maduro con una «retórica antiestadounidense», aunque no puede contribuir como actor a unas negociaciones para resolver la crisis venezolana.
«Más bien está mirando su propio interés», añadió, ya que Venezuela le adeuda 6.000 millones de dólares.
Carlos Malamud, investigador principal del Instituto Elcano, explicó que, si Maduro sobrevive en el poder, Rusia ganará «enteros» en la región.
Malamud y Jorge Urbiola, del Ministerio español de Asuntos Exteriores, consideraron que Rusia es un actor que se debe tener en cuenta en esta crisis.
Tras la desaparición de la URSS a finales de 1991, explica el informe, Rusia intensificó su presencia en Latinoamérica, sobre todo desde 2008, con reuniones bilaterales «al más alto nivel» y medios de comunicación financiados por el Gobierno ruso, lo que la convierten en una «potencia virtual».
Y Moscú ha utilizado políticamente sus conexiones en la región para mostrarse dispuesta «a desafiar a Washington», pues busca un sistema internacional sin hegemonía estadounidense, y, en la medida de lo posible, «colaborando con China».
Pero según los criterios tradicionales de comercio e inversión, participación diplomática y venta de armas, la participación de Rusia en Iberoamérica es pequeña en comparación con otros países.
«Sin influencia real, la virtual no será suficiente para alcanzar ninguno de los objetivos estratégicos de Rusia», apunta el informe.
El futuro de su influencia dependerá de que vaya más allá de los lazos históricos con Cuba y Nicaragua y de su papel de proveedor de armas y equipos militares a Venezuela, México y Perú.
Y los ejemplos recientes del «apoyo» de los medios rusos a los candidatos populistas en México y Colombia es ejemplo de ello.
Por eso es vital que la UE y España demuestren un «compromiso a largo plazo» con la región.