Rusia bombardea bastiones rebeldes en Siria horas antes de la tregua
AFP
La aviación rusa bombardeó intensamente varios feudos rebeldes este viernes en Siria, horas antes de que entre en vigor un esperado alto el fuego que se anuncia muy difícil de cumplir.
La tregua entre el régimen y los rebeldes «moderados», la primera de este tipo tras cerca de cinco años de guerra, debe aplicarse a partir del sábado a las 00H00 locales (22H00 GMT del viernes).
El régimen de Bashar al Asad, la oposición no yihadista y las fuerzas kurdas anunciaron que respetarían el alto el fuego.
La tregua no concierne sin embargo a los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Frente Al Nosra, la rama siria de Al Qaida, que controlan importantes zonas del territorio sirio.
Las modalidades del acuerdo son complejas y quedarán finalizadas este viernes en Ginebra, en una reunión de los 17 países miembros del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GIAS), dirigido por Washington y Moscú, principales promotores de la tregua.
Los rebeldes sirios «moderados» se encuentran muy debilitados tras el ascenso del EI y el Frente al Nosra, y sólo controlan una parte mínima del país, en particular al este de Damasco, en Alepo (norte) y en Homs (centro).
En las últimas horas, estos bastiones rebeldes fueron intensamente bombardeados por la aviación rusa, aliada de Damasco.
«Los bombardeos rusos son más intensos que de costumbre contra bastiones rebeldes, sobre todo en la Ghuta oriental, al este de Damasco, en el norte de la provincia de Homs (centro) y en el oeste de la provincia de Alepo (norte)», según la oenegé Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
– ‘Marcar puntos’ –
Numerosos bombardeos alcanzaron la Ghuta oriental, uno de los más importantes bastiones de los rebeldes. Por su lado, las fuerzas del régimen bombardearon con fuerza su principal ciudad, Duma, según OSDH.
«Es como si ellos (Rusia y el régimen) quisieran dominar a los rebeldes en estas regiones o marcar puntos antes de la tregua», explicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Moscú anunció bombardeos contra objetivos «terroristas» pero no confirmó los ataques aéreos contra los rebeldes.
«Por supuesto, la aviación aérea rusa continúa su operación en Siria», dijo el Kremlin.
La aplicación del alto el fuego va a ser complicada, puesto que el Frente Al Nosra y otros rebeldes están aliados en diferentes regiones, frente a las fuerzas del gobierno.
«Los territorios son muy mixtos, en especial en Idleb (noroeste) y Alepo. Será muy complicado», destacó Abdel Rahman.
Además de la complejidad en el terreno, las alianzas son también muy diversas. Por un lado, Rusia, Irán y el Hezbolá chiita libanés apoyan al régimen de Al Asad.
Estados Unidos, Arabia Saudí y Turquía en cambio dan su apoyo a diversos grupos rebeldes. Rusia y Estados Unidos en particular bombardean además a los grupos EI y Al Nosra.
En Ginebra se realizarán las negociaciones entre los representantes internacionales para intentar finalizar las modalidades de la tregua.
Este encuentro será seguido por una reunión virtual a las 20H00 GMT entre el emisario especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, y el Consejo de Seguridad para decidir si existen las condiciones necesarias para reanudar las negociaciones de paz en Ginebra que fracasaron en enero.
Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptará una resolución que ratificará el acuerdo del cese de las hostilidades y exigirá su aplicación por parte de todas las facciones implicadas, según diplomáticos.
A nivel internacional, sin embargo, se ven con escepticismo las posibilidades de poner fin a esta situación.
Turquía está «seriamente preocupada» respecto a la viabilidad de la tregua por culpa de los continuos bombardeos rusos, declaró el viernes el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin.
Incluso el siempre optimista secretario de Estado estadounidense, John Kerry, hace referencia a un «plan B» en caso de que fracase el diálogo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió el jueves que «los próximos días serán cruciales, el mundo estará observando», e insistió en la responsabilidad de Moscú y Damasco en esta primera etapa para intentar poner fin al «caos» sirio.
Desde que empezó en 2011, la guerra en Siria ha dejado más de 270.000 muertos y ha obligado a la mitad de la población a huir de su casa.