Rusia acude al auxilio de Cuba con envíos de crudo ante crisis en Venezuela
Efe
Rememorando viejos tiempos de la Guerra Fría, Rusia va a comenzar a enviar grandes volúmenes de combustible a Cuba, un auxilio necesario para reflotar su exánime economía lastrada por la grave crisis en Venezuela, que ha reducido sus despachos de crudo subsidiado en más de un 40 % a la isla.
Esta previsto que esta semana desembarque en Matanzas, a unos 100 kilómetros de La Habana, el tanquero «Maersk Erin» con 249.000 barriles de diesel, en virtud de un acuerdo firmado el pasado marzo en Caracas entre la petrolera rusa Rosneft y la venezolana Pdvsa, principal proveedor de crudo a Cuba desde 2003 a precios favorables.
Ese primer envío forma parte del compromiso de la petrolera rusa de suministrar a Cuba 250.000 toneladas de petróleo y diesel, unos dos millones de barriles para una isla que desde el verano pasado ha racionado el consumo de electricidad y combustible en el sector estatal.
Aunque no se ha anunciado oficialmente, el monto de la transacción está valorado en unos 100 millones de dólares a precios de mercado, pero analistas consultados por Efe aseguran que Cuba -que decreció un 0,9 % en 2016 y entró en recesión por primera vez en 23 años- no dispone de liquidez para afrontar esos pagos.
«Me llama la atención el acuerdo porque Rusia no tiene una economía tan boyante como para regalar petróleo a Cuba. Y con la importante caída de ingresos por exportación, Cuba no tiene con qué pagar», declaró a Efe el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh.
Según los últimos datos oficiales disponibles, referidos a 2015, los ingresos por exportación de bienes -níquel, azúcar, productos farmacéuticos y tabaco, fundamentalmente- cayeron en 1.500 millones de dólares, un 31 % menos que un año antes; mientras que por la exportación de servicios profesionales -principal fuente de ingresos de Cuba- se perdieron 1.300 millones, un 18 % menos que en 2014.
Las exportaciones cayeron en su conjunto un 47 % en 2015, un porcentaje que, según Mesa-Lago, será aún mayor en 2016 -todavía no hay cifras oficiales para ese año-, cuando la economía cubana arrojó un saldo negativo.
Además de la caída de las exportaciones, el detonante de la situación en Cuba ha sido la grave crisis en Venezuela, principal aliado político y comercial de la isla comunista desde 2003, cuando los ya fallecidos presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez acordaron el intercambio de petróleo venezolano por la prestación de servicios por parte de profesionales cubanos.
En los mejores momentos de ese idilio bolivariano, Cuba recibía más de 100.000 barriles de crudo al día; en 2016 se redujeron a 87.000 barriles, y en estos momentos algunos analistas señalan que esos envíos se han recortado a unos 55.000 barriles al día.
Cuba obtenía beneficios con el crudo pesado que le enviaba Venezuela al refinarlo y venderlo en el exterior, aunque según datos de la ONU esos ingresos se han reducido un 97 % en tres años: lo que en 2013 era un negocio de 500 millones de dólares, en 2016 apenas recaudó 15,4 millones, debido a la falta de suministro.
De hecho, la refinería de Cienfuegos, donde Cuba depuraba el crudo venezolano, funciona desde el año pasado a mitad de su capacidad, según la versión oficial, aunque algunas fuentes señalan que se ha mantenido cerrada por largos periodos.
Tras iniciar el pasado verano un plan de ahorro energético, Cuba ha logrado reducir su consumo de 137.000 barriles a 125.000, según el experto en energía Jorge Piñón, director del Centro de Energía Internacional de la Universidad de Texas.
Déficit de 60 %
La isla solo produce unos 50.000 barriles, lo que representa un déficit del 60 % que antes cubría íntegramente Venezuela. En los últimos meses Cuba ha recibido envíos de crudo de otros socios, como Rusia, Angola o Argelia, aunque no se sabe si se trata de ayuda aislada o un suministro estable.
Para suplir sus necesidades energéticas, en el corto plazo Cuba necesita «de sus propios bolsillos o bolsillos amigos» 2.000 millones de dólares anuales para adquirir derivados del petróleo en el mercado internacional, apunta Piñón.
Cuba ha emprendido en los últimos años un multimillonario proyecto para rehabilitar sus sistemas de logística y almacenamiento de petróleo para hacer acopio y esquivar una crisis mayor de suministro, aunque eso no evitó que el mes pasado la isla tuviera que restringir temporalmente la venta de gasolina de alto octanaje.
«Pienso que Cuba quiere aumentar sus inventarios de petróleo crudo en anticipación de un posible cambio de gobierno en Venezuela», indicó Piñón sobre la grave crisis institucional de ese país, donde las protestas de la oposición al presidente, Nicolás Maduro, ha derivado en disturbios violentos.
A largo plazo, Cuba busca cubrir el 24 % de sus necesidades energéticas con fuentes renovables para 2030, «un objetivo nada realista» teniendo en cuenta el nivel de inversiones en ese sector.
Ante esta situación, el vicepresidente y ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, anunció en el último Consejo de Ministros que Cuba deberá acometer nuevos recortes presupuestarios para 2018, lo que augura aprietos económicos para los próximos años en la isla, donde ya se aprecian problemas de abastecimiento de productos básicos.
Mesa-Lago vaticina que «en el mejor de los casos» la economía cubana se mantendrá con crecimiento invariable del 0 % este año, frente al optimista pronóstico del gobierno del 2 %. EFE