Rosalía, ¿Llegó el momento de desconectar?
EFE
¿Qué contar de Rosalía que no se sepa ya? 2019 fue su año triunfal, su arte revolucionó el mercado discográfico, se convirtió en ícono. La artista de las mil caras logró que el mundo se rinda a sus pies. Por todo esto, y por lo que está por llegar, quizá sea momento de desconectar.
“Quiero el donuts que lleva en las uñas Rosalía”, es una de las frases más escuchadas cuando alguien se prepara en un centro de belleza.
“Me voy a comprar la ropa deportiva de Rosalía”; “Cómprame las camisas que lleva Rosalía” y “Me voy a dejar el pelo tan largo como Rosalía”, solicitan las adolescentes.
La artista tiene el mérito de crear algo diferente en el panorama musical, de movilizar, siendo casi una desconocida.
Su presencia, en febrero, en la ceremonia de los Premios Goya de 2019, con una voz y un gesto profundos y emocionados, “Si me das a elegir”, con el Cor Jove del Orfeó Catalá, fue un momento en el que la artista traspasó su lado indie para colarse en la mente de un auditorio, la del espectador más variopinto y lejano a su estilo, que a partir de entonces, como hipnotizado también sigue su música.
Durante 2019, Rosalía fue capaz de dar más, de sorprender en cada canción y con cada video. Pulió su imagen sin cambiar del todo, fiel a su esencia.
Líder de la estética ráchet a la que colaboraron firmas españolas como Palomo Spain, María Escoté o Dominnico a internacionales como Versace o Moschino, pasando por Louis Vuitton o Dolce&Gabanna su estilismo es siempre comentado, hasta el punto de creer que eran imitaciones.
Es tal la cantidad de premios, nominaciones, halagos de artistas, diseñadores, modelos e industria que resulta difícil mantener la cabeza fría. O la amas o la odias.
Pese a ello, todo parece indicar que la catalana decide bien sus pasos. Bien aconsejada y por determinación propia, Rosalía parece la artista de las mil caras, siempre dispuesta a dar más, pero también algo diferente, como una olla en ebullición buscando el salto hacia adelante.
Mientras tanto, en este sin parar, se reinventa en un cuadro de Goya, emulando a la XIII duquesa de Alba, Cayetana de Silva Álvarez, en el video A Palé, pero también hace un guiño a la artista mexicana Frida Khalo.