“Rodrigo Benavides: pintor de la post batalla” por Pedro Téllez - 800Noticias
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Carabobo 2021 se titula la muestra de fotografías de Rodrigo Benavides. Vemos este trabajo de Benavides como fotografías de la Post Batalla. Campo Carabobo es el toponímico a nivel del habla popular. Y aunque se refiere a las afueras de la ciudad, ahí la palabra campo no tiene que ver con tierras para la labranza, sino con el campo donde se enfrentaron dos ejércitos enemigos, y donde la batalla que se libró fue definitiva, y dio la victoria de la guerra, nada más y nada menos que a la guerra de independencia.

Lo sagrado y lo profano es una dicotomía que involucra a los espacios humanos. El espacio es sagrado cuando se comunica con el axis mundi, y la Historia es un eje que también tiene altares de la patria y fuegos sagrados. La tierra es campo de batalla y campo santo, pues en el terreno se sepultan en fosas comunes los soldados desconocidos de lado y lado. Y entonces esa tierra sagrada es humus de huesos y sangre, de suelo patrio. En los poemas homéricos, en la épica, los dioses participan con los hombres en las batallas.

En Venezuela Heroica, vemos el endiosamiento romántico de los combatientes, y entonces se mezcla la historia profana con la ficción sagrada y se intercambian los roles. En El Campo de Carabobo sagrado, la partícula “de” le diferencia de Campo Carabobo profano.

El Campo de Carabobo tiene presente el Arco de Carabobo y el conjunto escultórico indisociable ya con el lugar. Museo y Mausoleo, Monumento y documento. Más allá de los monumentos presentes, de los juegos de palabras de la arqueología postmoderna, la experiencia de recorrer ese terreno, de visualizar el movimiento de tropas, los ruidos del combate, la temperatura, el olor a sangre y pólvora, el tacto del suelo, a la manera de los ejercicios espirituales, sentir con cada uno de los sentidos, lo que ahí aconteció, por un lado; o por el otro conectarse con la tierra de Carabobo en su aquí y ahora, en la escala de la historia propia con hache minúscula, conectarse consigo mismo. Reproducir la Batalla de la forma más real posible es lo que intenta Tovar y Tovar en su pintura elíptica, o lo que captura Torito en sus fotografías de los ejercicios militares en el centenario. Pero la fotografía de Rodrigo Benavides parte de otra tradición. Tiene que ver con el paisaje interior y la existencia de un lugar, no con su esencialidad o su socialización.

Más desde la forma que del tema, podemos emparentar este trabajo con los de Rafael Monasterios “el pintor ya maduro descubrió el valor del silencio de las calles, y también la fuerza de los espacios poblados de aire y de luz” (Boulton) y su búsqueda de lo singular de cada paisaje, desde el terreno mismo; las llanuras transversales del indio Guerra; o los jinetes espectrales de Palacios. Propuestas del discurso pictórico, que parecen paralelas al discurso fotográfico de Benavides.

En realidad, se encuentra con esta otra tradición luego de emplear una suerte de epojé fenomenológica, dejando al margen los aspectos culturales asociados a la reconstrucción del suceso, poniendo en el centro la experiencia en el terreno, y la trasmisión de esa vivencia, donde ni se afirma ni se niega el pasado sagrado e histórico del lugar, donde ocurrió un acontecimiento de consecuencias históricas trascendentes.

Entonces la fotografía de Benavides abre un horizonte donde están los túmulos de los héroes caídos y las cachaperas de hoy en día, las alambradas del cerco profano con los espectros que rondan por el espacio sagrado. Son fotos imperturbables, de gran tamaño o escala, que producen un efecto de inmersión como en los nenúfares de Monet, que nos sumergen en el silencio, el aire y la luz de campo-Carabobo.

Tovar y Tovar, en la elipse de su inmensa obra, nos evoca la batalla a través de una visión. Benavides comparte la vivencia de la post batalla. La serie de fotos de Torito tienen un carácter colectivo, desde el presente también histórico propio de un centenario, y sus maniobras militares sobre el terreno. La fotografía de Benavides parte de una experiencia interior, con ese espacio desde el tempo andante de la post batalla.

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Foto Referencial

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