Restos humanos más antiguos de Australia se enterrarán en tierra aborígen
EFE
Los restos del Hombre de Mungo, que datan de hace más de 40.000 años y son considerados los más antiguos de Australia, y los de otros 107 ancestros serán enterrados en territorio aborígen en el sureste del país, informó este miércoles el Ejecutivo de Camberra.
«Los restos pueden ser enterrados nuevamente en la región de los Lagos de Willandra de acuerdo a los deseos, derechos e intereses de la comunidad local aborigen», dijo en un comunicado la ministra australiana de Medio Ambiente, Sussan Ley, al precisar que este proceso ser realizará minimizando el desgaste natural del entorno.
La decisión se da después de que la ministra ordenara una evaluación del impacto ambiental de los enterramientos masivos de estos restos arqueológicos en la región de los Lagos de Willandra, un paraje lacustre seco declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
Ley apuntó que si bien es importante que se documente la historia de Australia, también es «igualmente» el respetar los derechos culturales para que los restos de estos 108 ancestros aborígenes vuelvan a reposar en su lugar de origen tras ser analizados, almacenados e investigados por los científicos.
El Hombre de Mungo, junto a la Dama de Mungo -que fueron enterrados hace más de 40.000 años durante la Edad de Hielo y descubiertos, respectivamente, en 1974 y 1968- dan cuenta de uno de los rituales funerarios más antiguos del planeta.
Los restos del Hombre de Mungo, devuelto a sus descendientes en noviembre de 2017 para ser enterrado en un lugar seguro y secreto, fue colocado cuidadosamente con sus extremidades extendidas y sus manos cruzadas sobre la ingle.
Este ancestro aborigen de unos 50 años medía 1,70 de altura y padecía de artritis severa.
El equipo de descubridores del Hombre de Mundo, liderado por Jim Bowler, de la Universidad Nacional Australiana, también halló evidencias del ritual funerario para enterrar a este hombre como los restos de una fogata, cuyo humo simboliza la limpieza.
Tanto el descubrimiento del Hombre Mungo, como el de los restos incinerados de la Dama de Mungo, devueltos en 1992, supusieron un cambio en el enfoque de los arqueólogos sobre los primeros habitantes australianos y el reconocimiento de la existencia de una cultura ancestral avanzada y compleja, así como llena de simbolismos.