Respuesta pública del periodista Roberto Olivares a la periodista colombiana Claudia Palacios
Por: Roberto Carlo Olivares
En referencia a su artículo publicado en ELTIEMPO sobre las venezolanas y titulado:
“PAREN DE PARIR”
Palabras más, palabras menos, la periodista colombiana Claudia Palacios expuso en su artículo que las mujeres venezolanas en Colombia están pariendo desaforadamente, lo cual crea una carga imposible de sostener en el tiempo para el Estado colombiano.
Aquí el enlace de su artículo:
https://twitter.com/eltiempo/status/1139147101198323714?s=12
Primero que todo no puedo pensar que la periodista Claudia Palacios sea ingenua o que no conozca la historia sangrienta y violenta de su propio país, que llevó a más de 5 millones de colombianos a trasladarse a Venezuela (de manera ilegal en su mayoría) y a otros tantos millones a buscar refugio en lejanas latitudes.
De hecho, hoy en día pareciese que no existe un lugar del planeta tierra, en donde no residan hermanos colombianos, que por cierto, también “paren” y tienen hijos.
Muchos de esos colombianos al igual que los actuales ciudadanos venezolanos, abandonaron Colombia de manera forzada porque no tenían otra opción.
O se marchaban, o morían de mengua e inanición en medio de una guerra fratricida edulcorada de corrupción y gobiernos cómplices e incompetentes.
Tal vez la periodista Claudia no comprenda que casi nadie abandona su patria de manera alegre y jovial, para ir a pasar trabajo en una tierra lejana, fría y extraña:
Mucho menos si lo hacen por supervivencia o en contra de sus sentimientos humanos más elementales.
Tampoco puede alegar la periodista ignorancia o falta de experiencia a sus 41 años, después de haber sido ancla de CNN y diferentes canales informativos, sobre todo porque como comunicadores sociales; tenemos el deber de investigar e informarnos a diario.
Es una cualidad intrínseca de nosotros, o por lo menos debería serlo en todo buen periodista o comunicador profesional.
Al comienzo de su artículo, la periodista dice lo siguiente:
“Cada vez que veo un venezolano en las calles pidiendo dinero con un bebé en sus brazos, me pregunto por qué las personas con el futuro absolutamente incierto, con un presente de mera supervivencia, traen hijos al mundo a padecer peor que sus padres, pues los niños quedan más expuestos a sufrir secuelas para siempre si aguantan hambre, frío, calor, discriminación, etc.”
Expuesto lo anterior, Claudia parece desconocer o tal vez ignorar de manera intencional, que actualmente la tasa de embarazos adolescentes y/o precoces en Colombia, sigue siendo una de las más altas del hemisferio (las venezolanas que han llegado a Colombia no son responsables de esas cifras)
Igualmente Colombia ocupa en la región lugares preponderantes en lo que ha pobreza extrema, violencia doméstica y feminicidios se refiere:
Todo ello derivado en gran parte gracias a los embarazos precoces, violencia sistemática, drogas, ignorancia, y escasez de anticonceptivos en zonas rurales abandonadas por el Estado.
Nada de eso es responsabilidad de los venezolanos que han llegado a Colombia de manera masiva en los últimos dos o tres años.
De hecho, un gobierno que permite a guerrilleros terroristas como Santrich, sentarse en el Congreso de la República sin haber obtenido un sólo voto y sin legitimidad de origen, no creo que pueda ayudar a las madres colombianas más necesitadas, a planificar un futuro promisorio de educación y estabilidad familiar.
De manera que entiendo la preocupación de la periodista Claudia, pero no la forma de expresar sus ideas y convicciones, alienando a todo un grupo de seres humanos que en este caso particular vienen a ser mis compatriotas.
Además, pretender que un gentilicio deje de procrear sencillamente por razones económicas o porque son una “carga” para el país receptor, no sólo es un exabrupto, raya en el Nazismo, el Estalinismo y la xenophobia.
Para concluir quiero hacerle énfasis a la periodista Claudia Palacios en lo siguiente:
Los venezolanos nos hemos convertido en un país de migrantes apenas en los últimos años por las razones que ya todos conocemos, sobre todo porque se lleva a cabo un GENOCIDIO (no convencional) y porque los “líderes” de los partidos políticos de “oposición”; han traicionado al pueblo venezolano a través de contubernios y cónclaves bastardos, en los que siempre salen premiados con dólares y parcelas de poder.
Por cierto, muchos todavía hablan de “crisis humanitaria” (incluyendo Guaidó) cuando en realidad según los propios parámetros de la ONU, en Venezuela se suscita un GENOCIDIO.
A pesar de todo lo anterior, el pueblo venezolano no se ha rendido aunque sabe muy bien que ha sido abandonado por la Comunidad Internacional y por sus propios hermanos de la región.
Y lo que más llama la atención es que la mayoría de los venezolanos que han tenido que huir de Venezuela, desean regresar y reconstruir el país después de que la pesadilla haya terminado.
Situación que no sucede con los colombianos y los hermanos de otros países de la región.
En su mayoría los ciudadanos de otras nacionalidades latinoamericanas no quieren regresar a sus países natales y muchos hasta ocultan de manera intencional sus orígenes.
De manera tal que le puedo asegurar a la colega Claudia, que ninguna mujer venezolana prefiere ir a “parir” o engendrar sus futuros hijos en Colombia; lo hacen por las circunstancias actuales y en contra de su voluntad.
Igualmente debemos entender que los embarazos de adolescentes y madres humildes, no son sólo una situación exclusiva de los venezolanos; es un problema endémico de países tercermundistas, incluyendo Colombia.
Y así como en Venezuela le abrimos las puertas a más de 5 millones de migrantes colombianos en sus horas amargas y momentos de oscuridad, ahora le toca a Colombia la reciprocidad histórica de ayudar y proteger a sus hermanos venezolanos.
“El primer paso en la evolución de la ética es un sentido de solidaridad con otros seres humanos”
-Albert Schweitzer-