Reino Unido empieza a poner la vacuna de Oxford y prevé nuevas restricciones
EFE
El Reino Unido empezó este lunes a administrar la vacuna contra la covid-19 de Oxford/AstraZeneca, mientras el Gobierno de Boris Johnson evalúa el establecimiento de más restricciones por el alarmante incremento de los contagios.
Brian Pinker, de 82 años, fue la primera persona en ser vacunada con el compuesto desarrollado por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, después de que la vacuna recibiese el visto bueno de los reguladores el pasado 30 de diciembre.
Este preparado, que se añade al programa de inmunización iniciado el 8 de diciembre con el de Pfizer/BioNTech, fue suministrado a Pinker por la enfermera Sam Foster en el hospital universitario Churchill de Oxford, antes de que medio millón de dosis sean suministradas esta semana a los grupos más vulnerables.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, tuiteó este lunes que la vacunación con Oxford/AstraZeneca supone un «paso vital» en la lucha contra el coronavirus.
ALARMANTE AUMENTO DE LOS CONTAGIOS
El Gobierno confía en acelerar las vacunaciones ante el inquietante aumento de los contagios, que las autoridades sanitarias relacionan con la nueva variante del coronavirus.
Según las últimas cifras oficiales, el Reino Unido registró el domingo otros 54.990 nuevos casos y otros 454 fallecimientos.
Londres registra un alto nivel de contagios a causa de la nueva cepa, lo que ha forzado a las autoridades a revertir la planeada reapertura hoy de las escuelas de educación primaria, mientras el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, ha pedido al Gobierno que decrete un confinamiento nacional en las próximas horas.
Los sindicatos del sector de la educación han pedido al Gobierno una «pausa» en el retorno de los escolares a clase hasta que esté garantizada la seguridad de los docentes.
En un comunicado conjunto, seis centrales que representan a los maestros señalaron hoy que hay un «riesgo grave» de que el personal pueda enfermar, a juzgar por el ritmo de contagios.
«La gestión caótica del Gobierno sobre la apertura de las escuelas ha causado confusión a maestros, el personal docente y a los padres», señalan los sindicatos.
EL GOBIERNO EVALÚA MÁS RESTRICCIONES
Ante esta situación y hasta poder vacunar a las cerca de 24 millones de personas que están en los grupos más vulnerables, algo que llevará varios meses, el primer ministro, Boris Johnson, reconoció este lunes que habrá que tomar medidas «duras».
En declaraciones a los medios en el hospital Chase Farm de Londres, el jefe del Ejecutivo admitió: «No hay dudas de que tendremos que tomar medidas más duras», y que dará a conocer las nuevas restricciones en Inglaterra «a su debido tiempo».
Gales e Irlanda del Norte tienen sus respectivos confinamientos, mientras que el Ejecutivo escocés, presidido por la nacionalista Nicola Sturgeon, espera evaluar este lunes la situación.
Ante un eventual retraso en la entrega de nuevas dosis de Oxford/AstraZeneca, Johnson insistió en que el Reino Unido «tiene la capacidad» para vacunar a la población, pero que el problema está relacionado con el «suministro».
«No es tanto un problema de fabricación, aunque eso es parte, sino que cada lote tiene que ser aprobado adecuadamente y la calidad controlada», afirmó el primer ministro.
Varios hospitales empezaron a administrar las nuevas vacunas -en Londres, Oxford, Sussex, Lancashire y Warwickshire-, antes de que esta semana se distribuyan al resto del país, y el objetivo es que en las próximas semanas se vacune en los centros médicos de los barrios, según ha indicado el Ministerio de Sanidad.
Tras convertirse en la primera persona en recibir el preparado de Oxford/AstraZeneca, Pinker, que necesita diálisis, admitió sentirse «orgulloso» de recibir el preparado desarrollado en su ciudad y confió en poder celebrar pronto su 48 aniversario de bodas.
Esta vacuna es más fácil de almacenar ya que se puede mantener en una nevera normal, como la vacuna contra la gripe, mientras que la de Pfizer/BioNTech necesita conservarse en una temperatura de 70 grados centígrados bajo cero. EFE