Reino Unido: Caravana migrantes es un síntoma de los problemas en la región
EFE
Nigel Baker, director del Departamento para América Latina en la Oficina de Relaciones Exteriores y la Mancomunidad Británica, opinó que las caravanas de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos son un síntoma de los problemas que enfrenta la región.
«Es un síntoma de los problemas de los países. Lo que se necesita son políticas de largo plazo para enfrentar los retos», aseguró Baker en una conferencia de prensa en Guatemala tras finalizar una visita por la región centroamericana.
El también director adjunto para el Continente Americano en la Oficina de Relaciones Exteriores y la Mancomunidad Británica se cuestionó por qué hay una caravana de este tipo, formada en su mayor parte por migrantes hondureños, buscando llegar a Estados Unidos y él mismo se respondió.
«Porque las condiciones de vida no son adecuadas, no pueden vivir en su propio país, las condiciones de vida son demasiados difíciles. Es una historia que se ha repetido por años», acotó.
Baker se reunió en Guatemala con autoridades del Gobierno, sector empresarial y ONG, entre otras entidades, y también dialogó sobre problemas locales como el racismo, la desnutrición, la corrupción o la protección de grupos minoritarios, como la comunidad Lgbtiq.
«Nosotros tenemos una política exteriores de valores democráticos, liberales. No tenemos ninguna intención de imponer nuestros valores, pero sí vamos a apoyar los derechos de los seres humanos», zanjó.
Una primera caravana de migrantes, ahora formada por unos 7.000 personas, partió el 13 de octubre de San Pedro Sula (Honduras) con dirección a Estados Unidos y gran parte de ella marcha actualmente por México, tras pasar por Guatemala.
Mientras, esta segunda caravana, de unas 1.500 personas, está atravesando Guatemala dispersa en varios grupos que también tiene a Estados Unidos como destino final.
El funcionario británico también habló sobre la situación en Nicaragua, que calificó de tragedia, y aseguró que el discurso del Gobierno, hablando de «golpistas y terroristas» no ofrece «soluciones» a la crisis sociopolítica desatada el pasado mes de abril.
Es por ello, que invitó a las partes a entablar un diálogo para solventar una situación que es de «gran preocupación».
La postura de Baker se produce en el contexto de una crisis sociopolítica que ha dejado entre 325 y 528 muertos desde el estallido social de abril contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), la CIDH y Amnistía Internacional (AI), han responsabilizado al Gobierno de «más de 300 muertos», así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Ortega reconoce 199 muertos, pero niega ser el responsable y asegura que enfrenta un intento de «golpe de Estado».
Las protestas contra Ortega y Murillo comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, debido al saldo mortal.
