Reino Unido analiza prohibir equipos para telecomunicaciones fabricados por Huawei
Redacción 800 Noticias
Luego de limitar la participación de Huawei en sus redes de 5G, el Reino Unido analiza ahora prohibir por completo la compra de equipos de telecomunicaciones producidos por la compañía china debido a nuevos riesgos a la seguridad detectados, según informó este lunes la prensa británica.
El gobierno del primer ministro Boris Johnson busca querer evitar que su país quede “vulnerable ante un proveedor estatal de alto riesgo”, luego de que el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido (NCSC) presentara un reporte en el que expresa preocupación por la seguridad de los productos Huawei tras las reciente sanciones impuesta por Estados Unidos.
El Departamento para la Cultura, Medios de Comunicación y Deporte del Reino Unido aún no entrega sus esperadas conclusiones al respecto, indicó la BBC, pero la advertencia del NCSC ha tenido ya un impacto importante.
Las preocupaciones generadas son “muy, muy serias”, dijo un funcionario del gobierno británico al Financial Times, aunque la prohibición se haría efectiva sobre nuevos equipos y no sobre los que ya están operativos en el país.
Londres ya había puesto a comienzos de este año un límite del 35% a la expansión de Huawei en el mercado de teléfonos celulares y redes de banda ancha, y un bloqueo para el desarrollo de la tecnología 5G en áreas estratégicas del país.
Pero la situación cambió a mediados de mayo, cuando Estados Unidos anunció una nueva ronda de sanciones contra Huawei diseñadas para impedir que el fabricante chino tuviera acceso a tecnología estadounidense, especialmente semiconductores.
Ese mismo mes, y como primera respuesta, trascendieron las intenciones de Johnson de llevar a 0 la participación de Huawei en el mercado británico del 5G para el año 2023, pero hasta ahora no se había hablado seriamente de una prohibición total. Esa fecha podría de esta manera adelantarse.
Estados Unidos y el Reino Unido son históricos aliados estratégicos en materia de defensa, y en el marco de la creciente rivalidad entre Washington y Beijing y la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, este lazo se ha vuelto aún más fuerte.
Específicamente Estados Unidos sostiene que Huawei, una multinacional con fuerte participación estatal, mantiene lazos con el Ejército Chino y el Partido Comunista de China. Por esta razón Washington considera que la dependencia en sus equipos para las telecomunicaciones sería una amenaza a la seguridad nacional, algo que la empresa ha negado repetidas veces.
Las recientes sanciones estadounidenses impiden a Huawei el uso de software y hardware producido en ese país, por lo que el fabricante deberá buscar chips para sus procesadores más avanzados en otras regiones.
De acuerdo al informe del NSCS citado por la BBC, esto supone un riesgo a la seguridad del Reino Unido ya que la seguridad de esos componentes no podrán evaluados correctamente.
Liu Xiaoming, embajador de China ante el Reino Unido, advirtió que una prohibición total contra Huawei tendría “muchas consecuencias”, entre estas dañar la reputación del país europeo como un “ambiente abierto, transparente y amigable para los negocios”.
“No podrás tener una era dorada si tratas a China como un enemigo”, expresó Liu en una conferencia virtual de prensa, de acuerdo a The Guardian.
También Francia se aleja de Huawei
Este mismo lunes Francia anunció que restringirá la utilización por sus operadores de telecomunicaciones de los equipamientos de Huawei en el despliegue de las redes 5G por razones de soberanía y de independencia.
El director general de la Agencia Nacional de la Seguridad de los Sistemas de Información (Anssi), Guillaume Poupard, puntualizó que “no habrá una prohibición total” para Huawei, en una entrevista con el diario económico Les Echos, pero explicó que van a apremiar a los operadores que no utilizan los equipos del grupo chino a que no recurran a él en el futuro.
En cuanto a los que ya tienen material de Huawei en sus redes, recibirán autorizaciones de “entre tres y ocho años”.
Poupard insistió en que no es un ataque contra uno u otro fabricante, sino que “la cuestión es solo de soberanía”, porque los fabricantes “no son iguales” y no hay los mismos riesgos cuando se habla de los chinos o los estadounidenses.