Rafael Ramírez no descarta aspirar a la presidencia
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El exministro de Petróleo de Hugo Chávez cree que Colombia debería tomar el control de la empresa y dice que quisiera lanzarse a la Presidencia, pero no cree en los diálogos con la oposición como se han planteado.
Desde Italia, en donde está exiliado y que rechazó a principios de este año una solicitud de extradición en su contra por parte de Venezuela, que lo acusa de corrupción, habla con El Espectador sobre cómo salir de la crisis y sus expectativas con el nuevo gobierno de Gustavo Petro.
Si logramos restablecer el marco de la ley y la Constitución, deberíamos ir a elecciones limpias, transparentes. Maduro no es capaz de ganar ninguna elección. Hemos planteado que tenemos que hacer una junta patriótica, una alianza nacional de propuestas progresistas para reconstruir el país. El problema de la industria petrolera no es técnico, sino sobre todo político. Es necesario restablecer nuestra soberanía, recuperar el manejo de la industria. Vamos a utilizar el petróleo para que con ese ingreso reconstruyamos el país, ya lo hicimos. Nuestros beneficios sociales eran muchísimos. Venezuela con Chávez fue uno de los primeros países en alcanzar las metas del milenio en Naciones Unidas, éramos un país que acogía a los hermanos latinoamericanos: cinco millones de colombianos, bolivianos, ecuatorianos. Petro, que puede ayudarnos a que 2,4 millones de venezolanos rehagan su vida, clama por una transición energética, con la que estamos de acuerdo. Nosotros producíamos tres millones de barriles, pero se prohibió el “fracking”. Podríamos producir con “fracking” 30.000 millones de barriles más, pero Chávez dijo no al “fracking”. Tenemos reservas de oro y minerales de las más grandes de Latinoamérica en el Amazonas, pero las suspendimos con Chávez. Maduro arrasó el ambiente con el Arco Minero, por eso digo que es igual que [Jair] Bolsonaro. El problema no es el tipo de energía, sino el capitalismo como sistema voraz insostenible en recursos naturales. Hay que restablecer el equilibrio y el primer equilibrio es con el pueblo venezolano.
Usted habla del éxodo y deterioro de la situación, pero es innegable lo que dicen muchos venezolanos que sostienen que la gente se empezó a ir con Hugo Chávez. ¿No cree que hay errores por enmendar si se da esa restauración de la que habla?
Hay que ir a las cifras. De acuerdo con la ACNUR, el éxodo comenzó en 2016. Antes no había éxodo, había gente que se iba, lo que quieras, pero no éxodo, se fue el 20 % de la población. Independientemente de las opiniones políticas, Venezuela tuvo un crecimiento en el PIB continuo después del sabotaje petrolero. Un país en el que votabas sin consecuencias, en el que no había presos políticos, persecución, el sueldo mínimo era de los más altos de Latinoamérica. Era un país democrático que funcionaba. Pero se barrió con eso, el actual gobierno dictatorial convirtió la violación de derechos humanos en una política de Estado. El colapso del país comienza con Maduro y es su culpa. Como tienen su tema contra Chávez, o como Maduro utiliza a Chávez como excusa, le echan la culpa a Chávez, pero Maduro ya tiene nueve años gobernando. Ha dicho de todo: les echa la culpa a los precios del petróleo, pero los precios suben y bajan. Ahora está en US$100 y qué pasó con el petróleo. Además, Chávez no se puede defender, yo lo he defendido y por eso me han caído encima la derecha y el madurismo. Pero están los números, los hechos y la propuesta del Plan de la Patria para superar el modelo rentista petrolero impuesto por las transnacionales.
Si se da la discusión popular de la que habla, ¿quiere ser candidato a la Presidencia?
Pero claro. Lo que más deseo todos los días es estar en mi país, no solo porque lo tengo en el alma, sino porque sabemos cómo resolver la situación. Hay gente que se cansó, se resignó, pero no se puede, nuestro pueblo no merece eso. Todos estamos en la obligación de ponernos al servicio del pueblo, dejando a un lado los intereses partidistas. Usted me preguntaba por los errores del pasado: en su justo contexto, en aquel momento hubo mucha pugnacidad política, las élites no aceptaban a Chávez. Eran 40 años del Pacto de Puntofijo, y fue una transición violenta, con golpe de Estado, sabotaje petrolero, y el país se polarizó. Esta tragedia del madurismo nos puede volver a unir y a establecer una unidad nacional, patriota, bolivariana, con base en la Constitución, aceptada por todos los venezolanos, y a partir de allí gobernar con base en intereses nacionales. Cada uno tendrá sus distintas perspectivas, pero creo que debe haber prioridad por sacar al país de esta tragedia.
Con información de El Espectador de Colombia.