¿Qué se debe hacer en caso de un ataque nuclear?
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Ya ha pasado una semana desde que Rusia anunciara un ataque masivo a su vecina Ucrania y la guerra no parece cerca del final. Una columna de blindados rusos se aproxima a Kiev, los bombardeos a ciudades clave, como Járkov o Mariúpol, no cesan y Jersón, localidad de 290.000 habitantes al sur, ya ha sido conquistada por las tropas del Kremlin.
La ofensiva continúa y la comunidad internacional teme que el conflicto pueda derivar en una amenaza aún mayor. Vladimir Putin ya avisó de que «cualquier conflicto directo con la OTAN supondría una guerra en la que no habría vencedores», haciendo alusión a las armas nucleares con las que cuenta Moscú.
El pasado domingo 27 de febrero, el presidente ruso ordenó la puerta en estado de máxima alerta de las fuerzas nucleares del país.
Los expertos creen que es una medida disuasoria y que no llegará a utilizarse armamento nuclear, ya que esto traería graves consecuencias para millones de personas.
Conocemos los efectos que este tipo de armamento pueden llegar a tener en el mundo. La última vez que este se utilizó fue en 1945, cuando Estados Unidos lanzó bombas nucleares sobre Hiroshima y Hagasaki, matando a cientos de miles de personas a corto y a largo plazo. La acción supuso la rendición de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial. Otros dirigentes a lo largo de la historia han hecho pruebas también con este tipo de armamento y han llegado incluso a amenazar a ciertos países con utilizarlo.
Rusia, potencia nuclear
A principios de 2021, según un informe del Centro de Investigación de Estocolmo para la Paz, nueve estados, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte, poseían aproximadamente 13.080 ojivas o cabezas nucleares.
Rusia, junto a Estados Unidos, es el país que mayor arsenal de cabezas nucleares posee. Según los últimos datos, el inventario total de armas nucleares del Kremlin es de 6.255 ojivas.
La bomba más grande jamás detonada por Rusia es la Bomba del Zar, de 8 metros de largo y 27 toneladas de peso, una bomba de fusión o bomba H que hizo explosión el 30 de octubre de 1961, con una potencia de 50 megatones. Según las cifras oficiales, se llevaron a cabo más de 2.000 ensayos nucleares en desiertos, subterráneos, atolones, islas paradisiacas y remotas o incluso en el espacio. No hay una estimación global, pero se considera que los ensayos provocaron la muerte de miles de personas por cáncer, probablemente causando más víctimas que el famoso accidente de Chernóbil.
¿Qué podemos esperar en una explosión nuclear?
Lo idóneo es que nunca lleguemos a ver lo que se vive en una explosión nuclear y, si esta ocurre, estar lo suficientemente lejos y en un refugio seguro.
Normalmente lo primero que puede apreciarse en una explosión nuclear es un destello de luz, capaz de causar ceguera temporal durante unos minutos. Después se produciría una ola de energía térmica, que puede causar lesiones e incluso la muerte, así como dañar estructuras a varios kilómetros de distancia. También se produciría una ola de radiación muy peligrosa para la salud. Grandes exposiciones pueden causar enfermedad por radiación.
Por otro lado se produciría una bola de fuego que puede también causar lesiones por quemaduras e incluso la muerte, y dañar estructuras a kilómetros de distancia. Se produciría además un pulso electromagnético (EMP) capaz de dañar los equipos de energía eléctrica y los componentes electrónicos a varios kilómetros de distancia después de la detonación y causar interrupciones temporales más adelante.
Otro de los peligros es la lluvia radioactiva, que puede ser desplazada por el viento. Los niveles más altos de radiación en el exterior ocurren justo después de la llegada de esta lluvia ácida y va disminuyendo con el tiempo.
¿Qué hacer en caso de un ataque nuclear?
Según la campaña nacional de servicio público, Ready.gov, dependiente del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, esto es lo que debes hacer ante un ataque nuclear:
-Protégete en un edificio de ladrillo o concreto o bajo tierra, incluso si te encuentras a kilómetros de distancia de la zona cero.
-Evitar contemplar el destello o la bola de fuego que se produce en la detonación, ya que podría causar ceguera.
-No moverte y permanecer en el refugio como mínimo 48 horas para evitar los ‘productos de fisión’ creados por la explosión nuclear, a no ser que las autoridades den otras instrucciones.
-Si el evento se produce cuando estás en el exterior, es necesario refugiarse lo antes posible para protegerse de posibles lluvias ácidas.
-Quitarse la ropa, colocarla en una bolsa de plástico y sellarla y ponerla lejos de humanos y animales.
-Ducharse con agua y jabón cuando sea posible, sin frotar ni rascar la piel.
-No usar acondicionador, ya que une el material radiactivo al cabello.
-Si no es posible ducharse, limpiar la piel con un paño limpio o toallita, incluidas las orejas, los párpados y las pestañas.
-Limpiar suavemente la nariz.
-Con todo, es fundamental estar a cubierto durante un periodo de al menos 48 horas. Recordemos que la fisión nuclear produce tres tipos de partículas perjudiciales para la salud:
Partículas alfa: Baja capacidad de penetración. Puede ser un peligro si se ingieren o inhalan.
Partículas beta: Ligeramente penetrantes. La ropa y las botas, si son gruesas, pueden protegernos. La piel expuesta a ellas puede causar quemaduras. En el caso de ingerirlas o inhalarlas, afectarían a los huesos, el conducto gastrointestinal, la glándula tiroides y otros órganos.
Partículas gamma: Altamente penetrantes. Viajan mucho más despacio que las partículas anteriores, lo que puede lesionar gravemente las células del cuerpo.
Los efectos de la radiación
Como explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los efectos de la radiación en la salud dependen de la cantidad de radiación absorbida por el cuerpo, el tipo de material radiactivo, la forma en que el material radiactivo tocó o entró en el cuerpo, la cantidad de tiempo que la persona estuvo expuesta.
La exposición a cantidades elevadas de radiación en poco tiempo puede ocasionar síndrome de irradiación aguda (ARS, por sus siglas en inglés). Los síntomas son quemaduras en la piel, náuseas y vómitos. Si se experimenta cualquiera de estos efectos, es necesario buscar atención médica tan pronto como sea seguro salir del edificio o refugio donde se encuentre.
Las personas que reciben dosis elevadas de radiación pueden tener un riesgo mayor de tener cáncer en etapas posteriores de su vida, dependiendo de la cantidad de radiación a la que estuvieron expuestas.
En las personas que reciben dosis bajas de radiación, el riesgo de cáncer a causa de la exposición a radiación es tan bajo que no se puede distinguir del riesgo de cáncer causado por la exposición a sustancias químicas, la genética, el tabaquismo o la alimentación.
Con información de ABC.