Proyecto «Calles Moradas» busca espacios seguros para la mujer
800 Noticias | @CrisbelVarela
“Un espacio seguro para todas las mujeres” es el objetivo de Calles Moradas con su proyecto dirigido a distintos negocios de Caracas que se quieran sumar a convertirse en un centro de ayuda ante situaciones de acoso y persecución entre Sabana Grande y Chacaíto.
El pasado mes de marzo salieron a la luz denuncias de mujeres que eran seguidas y acosadas tanto en Caracas como en algunos estados del país. Ante la situación se levantó la “alerta morada”, una campaña que se creó en redes sociales para visibilizar los casos y de esta manera llevar un registro de zonas consideradas de riesgo.
Jessika Ramírez, Jhoana Chirinos y Valentina Noria son las fundadoras del proyecto Negocios Morados, con el que se busca capacitar a los comercios y que puedan brindar una mano amiga.
“Sólo debes dirigirte al link en la biografía de nuestro Instagram @CallesMoradas, eso te llevará a un formulario, debes llenar algunas preguntas y con eso confirmas tu participación en nuestro taller que será a principios del mes que viene y abordará temas como derecho a la ciudad, recomendaciones y buenas prácticas para contribuir a la ciudad y enriquecer la experiencia del cliente», explicó Jhoana Chirinos, coordinadora de formaciones del proyecto.
El taller será online, sin embargo también se está evaluando la posibilidad de hacerlo de manera presencial en algunos locales. «Todo eso se puede especificar en el formulario. Una vez que la persona representante de local apruebe el taller oficialmente, ese punto se convertiría en un punto morado y recibirá la certificación señalética y además la publicidad positiva a través de las redes sociales», agregó Chirinos.
Puntos morados será la señalización de los negocios para que las mujeres reconozcan cuáles serán sus espacios de ayuda.
“El proyecto nació por una formación llamada Empodérame Estudiante, somos egresadas de allí y de esta formación nació el micro proyecto. Se trata de hacer una red de negocios, en nuestra meta por ahora serán 50 entre Sabana Grande y Chacao, donde las mujeres van a poder sentirse seguras y van a poder acudir en situaciones de emergencia si ocurre acoso o violencia dentro del espacio público”, comentó la coordinadora de comunicaciones, Jessika Ramírez.
Ante el factor tiempo de la formación de Empodérame y presupuesto, el emprendimiento de Calles Moradas está destinado a 50 negocios. Sin embargo entre los objetivos futuros no descartan llegar a más zonas de Caracas e incluso extenderse.
“Una vez que finalicemos el período de prueba de evaluación de esta formación, nosotras hemos planteado la posibilidad de no limitar este proyecto y que pueda crecer brindando así seguridad a las mujeres, a individuos de las comunidades LGBTIQ+ e incluso a los hombres y que además también se dé la oportunidad de que surja el debate de quiénes somos y qué hacemos como sociedad y preguntarnos si estamos haciendo algo bien, si estamos haciendo algo mal, o si podemos mejorar la forma en la que coexistimos”, dijo Valentina Noria, coordinadora de logística.
“Si te encuentras dentro de Chacao y presentas una situación de acoso callejero, puedes entrar a este negocio y tras la capacitación estas personas tendrán las herramientas para ayudar. Nuestro proyecto no solamente busca formar la red de negocios sino que vamos a dar una capacitación a cada persona, la certificación, la señalética de que son un punto morado y además posiblemente de allí podamos sacar data de cada cuánto la mujer entra a un punto morado para poder establecer una estadística y presentarla ante alguna alcaldía y así que se realicen las políticas públicas al respecto”, agregó Ramírez.
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El objetivo de este proyecto, según relataron las jóvenes, es mostrar que existe «un problema latente» y hacen un llamado a las autoridades señalando que si no se registrara un problema de violencia y acoso en el espacio público no serían necesarias este tipo de iniciativas.
«Tenemos que recordar que las ciudades son espacios democráticos y todos tenemos derecho a pertenecer a este espacio público que se nos ha relegado históricamente (…) Queremos recuperar los espacios y que las mujeres tengan dentro de las ciudades, dentro de los negocios, un pedacito de seguridad y que no nos dé tanto miedo salir a la calle por estar preocupadas por la inseguridad, de no llegar a nuestras casas”, expresó.
Hechos comprobables
Para seleccionar las calles con las que empezaría el proyecto y tener un registro de cómo podía suscitarse una situación de riesgo, Jhoana Chirinos se atrevió a salir a la ciudad y hacer una prueba mientras parte de su equipo la observaba y documentaba cómo puede llegar a ser el recorrido de una mujer sola.
«Cuando estábamos diseñando el mapeo urbano (…) se nos ocurrió la idea de tener a una persona, en este caso yo, una mujer joven, que representara justamente eso, como las mujeres transitan la calle de Caracas cuando van solas. Fue un ejercicio muy interesante porque nos ayudó a ver que son esos elementos que aumentan la percepción de inseguridad dentro del espacio público y esos elementos que me llevan a decir: no vayas a esta plaza o no pases por esta calle porque no tiene la suficiente iluminación, porque tiene un punto ciego, porque es un lugar que está muy solo. Al final esos son elementos que no me permiten vivir mi derecho a la ciudad y que también hacen que yo me sienta excluida de Caracas», relató Chirinos, quien en su experimento social recibió «comentarios obscenos por parte de algunos hombres y miradas lascivas».
Calles Moradas se inspiró en el pensamiento e ideal de tener espacios para desenvolverse libremente. No pierden la esperanza de no tener la necesidad de crear puntos morados porque se desarrollaron políticas públicas efectivas para estos casos.
«Nos inspira que todas podamos tener un mundo mejor al que salir el día de mañana», manifestaron.
«Cuando era pequeña yo tenía una visión bastante particular sobre Caracas. Es un lugar lleno de problemas pero también tiene muchas cosas que ofrecer: tenemos calles llenas de historia, lugares de encuentro, centros culturales. Me parece que eso es lo que siempre vemos. Bajo esa premisa me rete a conocer mi ciudad lo mayor posible, pero en esa aventura me di cuenta que en muchos lugares me sentía incómoda, y sí, la verdad es que Caracas es una ciudad insegura para todos, pero no de la misma manera para las mujeres. Cuando creces y te das cuenta de que nuestras experiencias son distintas empiezas a entender que hace falta empezar a hablar de una ciudad para mujeres, de una ciudad que sea amigable, que sea democrática, participativa, una ciudad donde todos estemos incluidos. Creo que pensar en esa ciudad y pensar que yo puedo aportar un granito de arena para construirla es lo que me motiva a seguir con el proyecto», relató Chirinos con la promesa y esperanza de su grupo de sacar el proyecto adelante y que más personas se sumen.