PROYECCIONES | Avencopol: MUD podría alzarse con 15 gobernaciones
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El escenario de las elecciones regionales podría convertirse en un nuevo triunfo político de la oposición venezolana, pero para ello debe impulsar la participación ciudadana y transformar esta victoria en una derrota contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La afirmación le pertenece a Luis “Toty” Medina, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (Avencopol), e incluido recientemente en la lista de la Revista Washington Compol como uno de los 100 consultores políticos más influyentes del mundo.
Medina analizó el escenario más conveniente para los partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y precisó que una concurrencia masiva es el principal reto de las agrupaciones. Expresó que si esto ocurre, ganarían 15 gobernaciones distribuidas en los estados con mayor densidad poblacional.
“Con una participación alta, digamos que superior a 60% del Registro Electoral (RE) de cada estado, el bloque opositor obtendrá mayoría de votos y también la mayoría de las gobernaciones. En cambio, con una participación media, lo que equivale decir que ronde cerca de 50% del electorado habilitado para sufragar, el sector opositor igual obtendrá mayor de números de votos, pero casi igual número de gobernaciones que el oficialismo. Con una abstención baja, incluso es probable que también la oposición obtenga mayor cantidad de sufragios en la sumatoria de votos totales en la circunscripción nacional (al ganar los principales centros urbanos del país y los estados de mayor densidad poblacional Zulia, Miranda, Carabobo, Lara); pero es probable que obtenga menor número de gobernaciones”, se lee en la revisión elaborada por el reconocido consultor.
Indicó que la campaña debe trascender a las críticas recurrentes y fortalecer el contacto cara a cara entre candidatos y ciudadanos.
Las regionales serán el nuevo campo de batalla de la oposición
Las primarias sirvieron para motivar a parte de la base electoral opositora, principalmente la militancia activa de las organizaciones políticas. Ayudaron a posicionar a los candidatos unitarios que resultaron vencedores. El promedio de participación en ese proceso fue cercano a 7%, lo cual no es una cifra despreciable para eventos de ese tipo. Aunque se insista en el error de compararlo con jornadas totalmente distintas como la del 16-J.
Ahora toca que quienes fueron derrotados en ese proceso se sumen a la campaña de los escogidos para transmitir la necesaria sensación de unidad. Esto será clave para estimular la participación de su electorado. Lo otro es entender que sus campañas deben ser asumidas como un mecanismo más de protesta, una vía más en la cual confrontar al gobierno, y más importante aún, derrotarlo. No se trata de una campaña tradicional para ofrecer aceras y asfaltado de calles, eso no conectará con su base de apoyo electoral, se trata de que ofrezcan otro espacio de lucha con el cual vencer a Maduro y sus candidatos. Ese sí que es un estímulo importante para movilizar a la gente que se opone al gobierno.
Participación vs abstención
Con una participación alta, digamos que superior a 60% del Registro Electoral (RE) de cada estado, el bloque opositor obtendrá mayoría de votos y también la mayoría de las gobernaciones. En cambio, con una participación media, lo que equivale decir que ronde cerca de 50% del electorado habilitado para sufragar, el sector opositor igual obtendrá mayor de números de votos, pero casi igual número de gobernaciones que el oficialismo. Con una abstención baja, incluso es probable que también la oposición obtenga mayor cantidad de sufragios en la sumatoria de votos totales en la circunscripción nacional (al ganar los principales centros urbanos del país y los estados de mayor densidad poblacional Zulia, Miranda, Carabobo, Lara); pero es probable que obtenga menor número de gobernaciones.
La clave sigue siendo estimular la participación, pero no con un carnaval electoral de afiches y vallas, sino de mucho contacto directo, cara a cara recibiendo las quejas y reclamos de sus electores, admitiendo los errores cometidos y convenciéndolos de la utilidad política que supone el ir a votar y vencer al presidente de la república y sus representantes, ello junto con una estrategia comunicacional de mensajes en las redes y los medios de mayor penetración en ese segmento poblacional, que toquen esa fibra opositora y la convenzan de que las regionales servirán para derrotar a Maduro y demostrar una vez más que se es mayoría. Convertir a Maduro en el candidato a vencer en los 23 estados hará que ese opositor se movilice.
El dilema de ganar perdiendo o de perder ganando
Con una participación alta la oposición alcanzaría al menos 15 gobernaciones, lo cual es un logro de altísimo impacto político, pero puede ocurrir el fenómeno del 16-J, cuando para algunos la cifra de siete millones y medio de personas expresadas en esa consulta les pareció poca cosa porque esperaban algo así como que diez millones o más. En cambio que con una participación mediana el resultado será de una aparente victoria repartida entre ambos, casi que un empate con sabor a triunfo para el gobierno, lo cual en números reales y entidades ganadas, sería en realidad también una victoria para la coalición de partidos que integran la unidad opositora, pues de apenas 3 gobernaciones que tiene actualmente pudieran alcanzar 12; pero como se han generado nuevamente expectativas triunfalistas de alcanzar 20 entidades o más, esto sería percibido como una derrota.
Es decir, la oposición ganando en cantidad de votos y entidades luciría derrotada y el gobierno perdiendo espacios y la elección en forma general parecería lo contrario. Y es que es tan contradictorio que incluso con una abstención muy alta la oposición obtendría más votos que el gobierno porque los números indican que de quienes manifiestan estar definitivamente decididos a ir a votar, 6 lo harán por los candidatos opositores y solo 4 por los del oficialismo. En ese escenario el gobierno, a pesar de no ser mayoría en el país ni obtener una votación superior a la de su contrincante, obtendrá una victoria electoral en mayor cantidad de estados conquistados, cuyos réditos políticos le suministrarán lo único que puede ganar: tiempo.
Proyecciones:
Con alta participación:
Oposición: 15
Miranda, Nueva Esparta, Lara, Amazonas, Táchira, Zulia, Carabobo, Bolívar, Anzoátegui, Aragua, Mérida, Barinas, Monagas, Sucre y Vargas.
Oficialismo: 8
Apure, Delta Amacuro, Cojedes, Guárico, Portuguesa, Trujillo, Falcón, Yaracuy.
Con participación media
Oposición: 12
Miranda, Nueva Esparta, Lara, Amazonas, Táchira, Zulia, Carabobo, Bolívar, Anzoátegui, Aragua, Mérida, Barinas.
Oficialismo: 11
Apure, Delta Amacuro, Cojedes, Guárico, Portuguesa, Trujillo, Falcón, Yaracuy, Monagas, Sucre y Vargas.
Con baja participación:
Oficialismo: 16
Apure, Delta Amacuro, Cojedes, Guárico, Portuguesa, Trujillo, Falcón, Yaracuy, Monagas, Sucre, Vargas, Bolívar, Anzoátegui, Aragua, Mérida, Barinas.
Oposición: 7
Miranda, Nueva Esparta, Lara, Amazonas, Táchira, Zulia y Carabobo.
Por su comportamiento electoral histórico, los resultados predecibles hoy serían estos:
Seguras para la Oposición: Miranda, Nueva Esparta, Lara, Amazonas, Táchira y Zulia.
Seguras para el oficialismo: Apure, Delta Amacuro, Cojedes, Guárico y Trujillo.
Disputables para la oposición: Carabobo, Bolívar, Anzoátegui, Aragua, Mérida, Barinas, Monagas, Sucre y Vargas.