Provocó el suicidio de su novio con mensajes de texto
ABC
Hace cuatro años se demostró que Michelle Carter, quien en 2014 tenía 17 años, fue acusada de homicidio involuntario tras descubrirse los mensajes que había enviado a su novio, Conrad Roy. «¿Por qué no bebes lejía?», «Cuélgate, salta desde un edificio, apuñálate» o «Estaríamos mejor sin ti» fueron algunas de las palabras que la joven le envió al que era supuestamente su novio. El joven de 18 años acabó asfixiándose con el monóxido de carbono del motor de su camioneta en un supermercado Kmart.
Esta macabra historia se relatará en «The Girl from Plainville», un proyecto de Universal Content Productions que será emitido por la plataforma Hulu. La ficción, que estará protagonizado por Elle Fanning («The Great»), se inspira en el artículo con el mismo nombre que publicó «Esquire».
Un amor a distancia
Michelle Carter y Conrad Roy se habían conocido unos años antes, en Naples (Florida), cuando habían ido a ver a su familia cada uno. Sin embargo, ambos vivían en distintas localidades de Massachusetts, situadas a 80 kilómetros de distancia. Apenas se veían, pero, pese a llevar vidas separadas, mantenían el contacto a través de las redes sociales. «Su muerte es mi culpa porque honestamente podía haberle parado. Estaba hablando por teléfono con él y se bajó del coche (que estaba utilizando para intoxicarse con monóxido de carbono) porque estaba funcionando y se asustó, y yo le dije que volviera a entrar», reconoció la joven a una amiga.
Los mensajes de texto entre los jóvenes comenzaron tiempo atrás, pero no fueron esos los que llamaron la atención de la familia de Conrad Roy. Lynn, la madre del adolescente, recibió varios la noche en que su hijo desapareció, según relata el citado artículo de «Esquire». El primero, pasadas las diez de la noche del 12 de julio de 2014: «¿Sabes dónde está?». El segundo al día siguiente: «¿Ya llamaste a la policía?». Después, un tercero: «¿Alguna noticia?». El remitente era Michelle Carter. Supuso que era una amiga de su hijo, pero no le prestó demasiada atención. Sin embargo, resultó que Michelle tenía razón al estar preocupada: la tarde del 13 de julio la policía encontró a Conrad sin vida en el estacionamiento de un supermercado.
Apenas unos días después, el padre de Conrad, Conrad Roy II, descubrió un cuaderno en el que su hijo había escrito las contraseñas de su iPhone y su portátil junto a varias notas de suicidio. «Papá, lamento no haber sido el chico que querías». Su relación no había sido la mejor, especialmente desde que se separó de la madre de este.
Un encuentro fugaz
La primera vez que la familia Roy vio a Michelle Carter fue en el funeral de su hijo. Poco después de este encuentro, la hermana pequeña de Conrad, Camdyn, recibió un correo electrónico de Michelle. «No se suicidó debido por el bullying que sufría, como todos suponen. Conozco las verdaderas razones», escribió Michelle. A continuación, añadió varios mensajes que el joven le había escrito, en los que hablaba de lo incómodo que se sentía.
Roy había manifestado conductas depresivas y suicidas antes de conocer a la que fuera su novia. Durante los últimos años, Conrad se había metido en peleas y se había negado en demasiadas ocasiones a levantarse de la cama, pero durante su última semana había vuelto a hablar de futuro. «Desearía que las cosas fueran diferentes, pero debes saber que no fue tu culpa», escribió Michelle a Lynn en un correo electrónico el 25 de julio.
Lynn decidió contratar a un detective para aclarar lo sucedido. Pasaron unos meses hasta que Michelle Carter (avisada por la madre del que supuestamente fuera su novio) volvió a saber de la investigación. Durante ese tiempo, había recaudado fondos en honor de Conrad para luchar contra el suicidio y había mostrado su cara más amable a sus compañeros de clase hasta que un detective se presentó en la puerta de su instituto. Le dijo que tenía una orden para registrar su teléfono, que tenía una fotografía de Conrad como salvapantallas.
Muchos mensajes, pocas visitas
Después de facilitar sus contraseñas, recuperaron todos los mensajes de texto. Su relación se reducía a 317 páginas. Apenas se había visto cinco veces, pero compartían sus emociones y sentimientos. Él lidiaba con una mala relación con sus padres, problemas de conducta -que habían provocado que le expulsasen de su colegio- y con pensamientos suicidas. Ella luchaba contra la anorexia y la necesidad (como cualquier adolescente) de encajar en un mundo tan complicado como el nuestro.
Las conversaciones parecían inofensivas, hasta el 29 de junio. Ese día Michelle comenzó a conspirar con (o contra) él. «¿Qué hay de ahorcarte o apuñalarte?», le dijo. Al día siguiente le preguntó: «¿Por qué no bebes lejía?». Conrad respondía entusiasmado con cada idea. Incluso buscó más formas de terminar con su vida en internet. «Quiero privarme de oxígeno», respondió. El joven le confesó que le preocupaba dejar a su familia, incluso hablaron de si dejaría una nota.
Cuatro días después, el 3 de julio, Conrad le dijo a Michelle que lo haría ese mismo día, pero no lo hizo. A la mañana siguiente su ¿novia? estaba furiosa. Continuó dándole ideas, pero él seguía prefiriendo el monóxido de carbono. Le preocupaba que los rescatistas pudieran inhalar el CO y enfermarse. La respuesta de ella fue: «Eso no será un problema».
Finalmente, la noche del 12 de julio, Conrad sacó su camioneta con una bomba de agua que había cogido del cobertizo de su abuelo. Aparcó en el aparcamiento situado detrás de un supermercado Kmart. Habló con Michelle por teléfono dos veces. No hay ningún registro de lo que pudieron hablar, pero Michelle sí le mandó a su amiga Samantha Boardman lo que parecía una confesión. «Su muerte es mi culpa porque honestamente podía haberle parado. Estaba hablando por teléfono con él y se bajó del coche porque estaba funcionando y se asustó, y yo le dije que volviera a entrar. Podría haberle detenido pero no lo hice. Todo lo que tenía que hacer era decir un simple ‘te quiero’».
Culpable de homicidio
En 2017, un tribunal de Massachusetts declaró culpable de homicidio involuntario a la joven, según informó Efe entonces. Carter se enfrentaba a hasta 20 años de prisión tras un sorprendente veredicto en el ámbito legal ya que la acusada no estaba presente en la escena del crimen, la víctima actuó sola y además el estado de Massachusetts no penaliza legalmente la incitación al suicidio.
El juez Lawrence Moniz destacó que Carter admitía no haber llamado a la policía ni a la familia de Roy, y tampoco haber dado instrucciones al joven para que saliera de la camioneta mientras se comunicaba con él en el momento del suicidio, recogió «The New York Times». «Instruir a Mr. Roy para que volviera a la camioneta constituye una conducta imprudente y deliberada, creando una situación en la que hay una gran probabilidad de que se produzca un daño sustancial», dijo el juez Moniz en el juicio, que se celebró en la ciudad de Taunton.
El abogado defensor, Joseph P. Cataldo, alegó que Carter no es responsable de la muerte de Roy porque este tenía un historial de depresión, se había intentado suicidar antes y había buscado cientos de veces información en Internet para saber cómo hacerlo. No obstante, tomando como prueba la voluminosa correspondencia entre los dos jóvenes a través de las redes sociales, los fiscales trataron de demostrar que las palabras de Carter fueron imprudentes y su conducta sí provocó la muerte de Roy.
Finalmente, después de tres años, Michelle Carter salió de prisión en enero del 2020 por su buen comportamiento. «La Sra. Carter ha sido una reclusa modelo aquí en la Casa de Correcciones del Condado de Bristol. Ha participado en una variedad de programas, ha tenido un trabajo dentro de la cárcel, ha sido amable con nuestro personal y voluntarios, se ha llevado bien con las demás reclusas y no hemos tenido problemas de disciplina con ella en absoluto», dijo Jonathan Darling, portavoz de la oficina del Sheriff del Condado de Bristol.
Una historia parecida
Un gran jurado de Massachusetts, en Estados Unidos, acusó a una antigua estudiante del Boston College del suicidio de su novio, del que los fiscales dijeron que abusó verbal, física y psicológicamente hasta su muerte. La joven, una surcoreana de nombre Inyoung You y de 21 años, fue acusada de homicidio imprudente por la muerte de su pareja, Alexander Urtula, de 22 años, según informó la oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Suffolk en un comunicado que recogió Efe.
En los dos meses previos a su muerte, la pareja intercambió más de 75.000 mensajes de texto. En ellos, You le instó repetidamente a Úrtula a «suicidarse» y «morir», diciendo que ella, su familia y el mundo estarían mejor sin él, según la declaración. La investigación mostró que You manipuló a Urtula mediante amenazas de autolesión para controlarlo y aislarlo de amigos y familiares, según la declaración de los fiscales. «El abuso se hizo más frecuente, más poderoso y más degradante en los días y horas previos a la muerte del señor Urtula», agregó el comunicado.