Protestas en Cisjordania tras la muerte del preso palestino Jader Adnan
EFE
Unas 500 personas, entre ellas numerosos adolescentes y familias con niños, se reunieron en la céntrica plaza Al Manara de Ramala, en Cisjordania ocupada, para marchar en protesta por la muerte del preso palestino Jader Adnan tras 86 días en huelga de hambre.
«Gracias mártir!», le gritaban en coro ondeando banderas palestinas mientras recorren las calles de Ramala en homenaje a Adnar, miembro de la Yihad Islámica Palestina (YIP), que hoy llamó a la huelga general en todos los territorios palestinos y prometió que Israel «pagará» por lo ocurrido.
Adnan, de 44 años, comenzó su huelga de hambre el 5 de febrero, el mismo día que fue detenido por las autoridades israelíes, que poco después lo acusaron de terrorismo e incitación a la violencia como miembro de la YIP, organización considerada terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
El Servicio de Prisiones israelí señaló que Adnan se había negado a recibir atención médica en la cárcel Nitzan de Ramala donde se encontraba; mientras que el preso exigía ser trasladado a un hospital y poder ver a su familia para acceder a ser atendido.
«El mensaje de hoy es muy claro, al matar a Adnan, el pueblo palestino estamos aún más determinados a continuar nuestra lucha para alcanzar nuestra meta de la independencia, autodeterminación y el establecimiento del Estado de Palestina con Jerusalén cómo su capital», afirmó a EFE Issam Baker, coordinador de las facciones políticas palestinas en Ramala, mientras sostenía una foto de Adnan.
«Este asesinato no mata nuestro dese de continuar nuestra lucha, e incluso si los crímenes israelíes continúan contra nuestra gente jamás nos rendiremos», añadió.
Hela Cherif, una palestina de origen tunecino habitante de Ramala dijo a EFE, ondeando una bandera palestina, que ya no quiere «más mártires». «No queremos que la ocupación israelí encarcele a nuestros hijos, nuestros hermanos, maridos y padres sin acusación», agregó.
«Adnan estaba en su día 86 de huelga de hambre y nadie hizo nada, ningún país, ni la Autoridad Palestina, ni los países europeos, nadie movió un dedo por él», lamentó.
En el pueblo natal de Adnan, Arraba, en el área de Yenín, también se celebró una marcha masiva en protesta por su muerte en una cárcel israelí, así como en otras localidades de Cisjordania ocupada.
En Arraba se corearon consignas en favor de la unidad nacional, se levantaron banderas palestinas y fotografías del «mártir», además de cargar a sus hijos Ali, Abdel Rahman y Hamza.
Con la muerte de Adnan, han muerto un total de 236 presos palestinos desde 1967, de los cuales 75 fallecieron como consecuencia de negligencia médica.
Aunque las huelgas de hambre son habituales entre los presos palestinos, no fallecía ninguno por esta causa en los últimos 40 años, cuando el preso Isaac Maragha murió en 1983 en una cárcel de Beersheba tras ser alimentado a la fuerza por las autoridades israelíes.
Además de Adnar, desde 1970 han muerto seis presos palestinos en huelga de hambre, la mayoría por ser forzados a alimentarse, como Abdul Abu Fahm, en 1970; y Rasem Halawah y Ali Jafari en 1980, éste último por el daño en su estómago y pulmones causado por los tubos para insertarle la comida a la fuerza.
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