Princesa belga será la segunda autoridad extranjera recibida por López Obrador
EFE
La princesa Astrid de Bélgica, que viajará entre el 16 y el 24 de febrero a México con una gran delegación comercial, será la segunda autoridad extranjera recibida por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, informó este miércoles la Embajada belga en el país.
«Es la segunda visita oficial de este sexenio pero la primera misión económica de este tamaño», dijo en rueda de prensa el embajador belga, Antoine Evrard.
Astrid, que viajará con dos ministros federales, tres ministros regionales y 202 empresarios, se reunirá el próximo lunes 18 de febrero con López Obrador y se convertirá en la segunda autoridad extranjera recibida por el mandatario mexicano tras el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
La princesa belga también será declarada huésped distinguida de Ciudad de México en un encuentro con la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, y se reunirá con el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, en la norteña ciudad de Monterrey.
Pero el objetivo principal de la visita es estrechar lazos comerciales entre ambos países. Por eso viajará también el ministro de Economía y Comercio belga, Kris Peeters, y sus homólogos en los estados federados de Flandes, Valonia y Bruselas.
Dos centenares de empresarios representarán a las 130 empresas más destacadas de Bélgica y realizarán actividades tanto en la capital como en Monterrey, el principal motor económico del país.
«Más de 200 empresarios se han inscrito para viajar una semana entera a México. Eso significa que no tienen temor y que tienen confianza en el futuro económico en México, tanto en el país en general como en el nuevo Gobierno», dijo el embajador.
La última misión económica belga, que visitó México en 2009, fue sensiblemente más pequeña. Estuvo encabezada por el actual rey Felipe, quien entonces era príncipe, y solo 82 empresarios.
Evrard, además, sostuvo que la visita de cinco ministros belgas «da fe de que queremos encontrarnos con el nuevo Gobierno y entender mejor» la cuarta transformación, concepto con el que se conoce el Gobierno de López Obrador, que pretende erradicar la corrupción y la violencia en México.
Durante toda la semana están previstos foros empresariales, eventos tecnológicos, una visita a la sede de Televisa y actos para promocionar la gastronomía belga, como el famoso chocolate, la célebre cerveza y las populares patatas fritas.
En tono de humor, la consejera económica de Valonia, Florence Vanholsbeeck, recordó a la prensa que «las papas francesas» son originarias de Bélgica, y sugirió que le cambien el nombre.
En el terreno político, habrá un encuentro entre el canciller belga, Didier Reynders, y su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en el que revisarán las relaciones bilaterales y abordarán el plan de desarrollo que México quiere impulsar en Centroamérica para evitar migraciones forzadas.
La delegación belga también se reunirá con el secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Cresencio Sandoval, para hablar sobre el plan del Gobierno mexicano de luchar contra el crimen organizado mediante una Guardia Nacional formada por policías militares y marinos.
El embajador también dijo que Bélgica está interesada en saber si López Obrador pretende «incrementar o estabilizar la presencia» de soldados en misiones en el extranjero, como en el Sahara Occidental o Colombia.
La delegación belga también se reunirá con responsables de la Secretaría de la Función Pública para conocer de primera mano el plan de lucha contra la corrupción que promueve López Obrador desde que asumió la Presidencia el 1 de diciembre.
«No venimos a dar lecciones, queremos oír cuál es su modelo», dijo el embajador, quien lamentó que «la corrupción frena mucho el crecimiento en México».
Según datos de la Embajada, Bélgica es el tercer inversor europeo en México por detrás de España y Alemania, el octavo en cuanto a exportaciones de productos europeos a México y el tercero en cuanto a importaciones de productos mexicanos a Europa.
La mayor inversión belga en México fue la compra del Grupo Modelo por parte de el gigante cervecero belga Anheuser-Busch InBev, que se concretó en 2013 en una transacción valorada en 20.100 millones de dólares.