Primera central nuclear flotante inició la explotación comercial
800 Noticias | EFE
La primera central nuclear flotante del mundo, la rusa «Akadémik Lomonósov», construida a prueba de tsunamis e impacto de icebergs, inició hoy la explotación comercial desde Pevek, en la región de Chukotka, el Lejano Oriente ruso, informó la empresa Rosenergoatom.
«Hoy, la «Akadémik Lomonósov» se convirtió oficialmente en la undécima planta nuclear en Rusia y en la más septentrional del mundo», señaló el director de la compañía, Andréi Petrov, lo que ha disparado la alarma de Greenpeace y otras organizaciones como la noruega Bellona, que la consideran un peligro para el frágil Ártico.
El inicio de la explotación formal de la planta ha sido posible después de que la central recibiera el estatus de «conformidad» del organismo regulador relevante, Rostechnadzor.
La aprobación de las autoridades «significa que la planta se adhiere plenamente a todas las normas y regulaciones, incluidas las sanitarias, epidemiológicas, de seguridad ante incendios, requisitos de construcción y estándares federales», incidió hoy la compañía.
En diciembre de 2019, la planta por primera vez suministró energía a la red aislada Chaún-Bilibinsk en Chukotka, uno de los cuatro distritos autónomos de Rusia, y, desde entonces, ha generado más de 47,3 millones de kilovatios hora (kWh) de electricidad, de acuerdo con Rosenergoatom.
Actualmente cubre el 20 % de la demanda de Chaún-Bilbinsk y en el futuro será la principal fuente energética para la península de Chukota.
La «Akadémik Lomonósov» consta de dos reactores KLT-40S de 35 megavatios cada uno. La capacidad de la central es de 70 megavatios y 50 gigacalorías. Tiene capacidad para suministrar electricidad y energía a una ciudad de casi 100.000 habitantes.
Proyecto iniciado en 2006 y que se vio lastrado durante años por la crisis económica, utiliza la misma tecnología que los rompehielos atómicos soviéticos, aunque este caso cuenta con dos reactores de pequeño tamaño.
La planta flotante, de 144 metros de eslora y 30 de manga, fue remolcada a Pevek desde Múrsmank (noroeste de Rusia) por dos rompehielos, travesía que duró tres semanas.
Organizaciones ecologistas han criticado el proyecto, que consideran peligroso para el medio ambiente. Greenpeace no dudó en calificar a la «Akadémik Lomonóvov» de «Chernóbil flotante» y otros ecologistas la han llamado «El Titanic sobre el hielo».
«Una planta flotante siempre es más peligrosa que una terrestre. Además, la tecnología no es nueva, es soviética, con algunas modificaciones», comentó el año pasado a Efe Alexandr Nikitin, el excoronel de la Marina rusa que fue procesado por difusión de secretos oficiales tras denunciar los vertidos radiactivos de la Flota del Norte en el Ártico.