Presidente de México acepta grandes pendientes en economía y seguridad
EFE
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró este domingo su primer año al frente del Gobierno con un acto público en el Zócalo de la capital mexicana, en el que repasó sus logros y aceptó que persisten grandes pendientes en temas económicos y de seguridad, entre otros.
«Es indudable que en estos primeros doce meses hemos avanzado mucho, pero aún estamos en un proceso de transición», dijo el mandatario ante unos 140.000 simpatizantes reunidos en la Plaza de la Constitución, la máxima tribuna social y política en México
Recordó que este primer año (llegó al poder el 1 de diciembre de 2018) su gobierno ha cumplido 89 de 100 compromisos que adquirió con la ciudadanía.
«Hace un año hice 100 compromisos con el pueblo de México, al día de hoy hemos cumplido 89 y sólo 11 están pendientes.
Dijo que su administración «no está jugando, ni simulando, está en marcha una nueva forma de hacer política, un cambio de régimen, ya no es más de lo mismo, ahora nos guiamos por la honestidad, la democracia y el humanismo».
El mandatario aceptó que todavía «no ha habido crecimiento económico como deseamos, pero existe una mejor distribución de la riqueza, el presupuesto no se queda ‘arriba’ (gobierno y clase política) como antes, ahora llega a la gente».
Expuso que a diferencia de anteriores administraciones «no hemos devuelto impuestos a patrocinadores de campañas políticas, ni privatizado bienes públicos, ni le hemos declarado la guerra a nadie, solo a la corrupción y a la impunidad».
«Tenemos finanzas publicas sanas, de enero a octubre la recaudación de impuestos aumentó en 319.000 millones (de pesos, 16.335 millones de dólares) en comparación con el año pasado, es 1,6 por ciento en términos reales», expresó.
Precisó que la inflación a octubre fue del 3 %, la más baja desde septiembre de 2016 y durante el tiempo que lleva su gobierno «el peso se ha fortalecido 4 % con relación al dólar», mientras que la Bolsa de Valores se ha preciado en un 2 %.
López Obrador pidió los ciudadanos un año más para sentar las bases de su política y precisó que será en diciembre de 2020 cuando su política de gobierno quedará plenamente establecida.
Explicó que las reformas que se han hecho a la Constitución mexicana tienen el propósito de garantizar el desarrollo del país y el bienestar del pueblo.
Destacó como las más importantes: el combate a la corrupción, la ley de austeridad, la extinción de dominio, la prohibición de la devolución de impuestos, el combate al robo de combustibles y la evasión fiscal y fraude electoral como delitos graves.
Además de la eliminación del fuero al presidente, la revocación de mandato, la consulta popular, la nueva ley laboral con voto libre sindical, la ley de salud para garantizar la atención médica y medicamentos gratuitos.
También apuntó la cancelación de la mal llamada reforma educativa, así como la reforma que permite a Sedena y Marina estar en labores de seguridad pública y que instituye la Guardia Nacional.
Entres decenas de temas, López Obrador se dio tiempo de hablar del tratado de libre comercio entre EE.UU., México y Canadá (T-MEC).
«Considero que el nuevo tratado será aprobado más temprano que tarde en los congresos de Estados Unidos y Canadá», apuntó.
En cuanto a violencia e inseguridad, el presidente reconoció que la reducción de los índices de violencia e inseguridad son el principal reto de su Gobierno, que hoy cumple un año.
«La disminución de la incidencia delictiva en el país constituye nuestro principal desafío, pero estamos seguros de que vamos a pacificar a México», dijo el mandatario.
Explicó que entre las acciones de su Gobierno para conseguir la pacificación del país figura la creación de mejores condiciones de vida y de trabajo para los mexicanos, esto con la finalidad de atender las causas que originan la violencia.
Dijo que la nueva política de seguridad se demostró con la crisis de terror que se vivió el 17 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, debido a la detención de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín «el Chapo» Guzmán, que calificó como «una verdadera prueba de fuego».
Recordó que la delincuencia salió a las calles con armas de alto calibre «y se vivió un alto riesgo, por lo que se prefirió detener el operativo y liberar al implicado para evitar una masacre que habría cobrado la vida de cientos de personas, la mayoría civiles».
Señaló también que su Gobierno dedica tiempo y recursos a la búsqueda de desaparecidos por la violencia. «No descansaremos hasta conocer el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa», afirmó.
La crisis de violencia e inseguridad en México ha dejado en los últimos 13 años más de 200.000 muertos y 40.000 desaparecidos.
Enfatizó que su Gobierno no repetirá «la desquiciada» guerra contra el narcotráfico» que inició el presidente Felipe Calderón (2006-2012) y agregó que no utilizará a las Fuerzas Armadas para cometer masacres ni actos ilegales.
El líder izquierdista agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la solidaridad ofrecida en casos de violencia como el de Culiacán o el asesinato de una familia de la comunidad mormona en el estado de Sonora, pero advirtió que «México es un país soberano».
Según datos oficiales, México reportó 28.741 homicidios dolosos en los primeros 10 meses de 2019, por lo que va en camino de cerrar el año como el más violento desde que hay registros.