Crónica: Prensa amordazada en Memoria y Cuenta
Mildred Manrique .- Eran las 11:00 de la mañana, medios nacionales e internacionales nos encontrábamos bajo toldo ubicado en la entrada oeste de la Asamblea Nacional para las acreditaciones. Dos mesas y cuatro funcionarios sentados tenían los listados.
«Carnet en mano», nos decían. Luego verificaban y si estabas te entregaban un carnet de papel con un código, y de fondo la foto del fallecido presidente Hugo Chávez con la Constitución azul en mano; a su lado izquierdo la imagen nueva de Bolívar y la derecha Nicolás Maduro obervandolos.
Eran la 1:00 de la tarde de este 15 de enero. Todos con ropa formal esperábamos cubrir la Memoria y Cuenta. Se pensaba que por primera vez en 17 años de gobierno chavista y ahora madurista, podríamos presenciar un acto presidencial.
Los medios que con suerte logramos superar la primera barrera de las acreditaciones, esperamos unos minutos más para entrar al Palacio Federal Legislativo. Luego llegó una joven con traje azul marino y camisa roja, era la de protocolo que nos hizo pasar por el detector de metales, nuestros equipos de trabajo y bolsos, por otro que estaba dentro de una unidad militar.
«Por favor chicos todos en orden síganme», nos dijo la mujer que nos llevó hasta el piso dos de la AN. Teníamos que esperar en la biblioteca hasta que Casa Militar diera la orden para ingresar al hemiciclo (Salón Protocolar).
Al menos cinco horas aguardamos allí. Un militar de boina roja en la puerta no nos dejaba salir. El lugar se hizo pequeño. Más de 50 medios entre (periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos y técnicos) nos encontrábamos allí.
A las 2:40 de la tarde llegó un personal de la AN con 6 cajas de pizzas. «No es mucho pero se los envía la secretaria (Roberto Marrero) para que aguanten un poco porque esto es para rato», comentó una de la jóvenes que las traía.
A las 3:20 de la tarde subió el secretario de la Asamblea Nacional, todos salimos corriendo hacia la puerta, angustiados por la hora, ya que nadie nos daba respuesta, a ver si por fin entraríamos al salón. «Estamos haciendo todo lo posible para que todos pasen, pero Casa Militar es quien asumió esta parte», nos dijo.
Luego se retiró y faltando menos de una hora para que comenzará la actividad llegó el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup. Ocurrió lo mismo todos desesperados lo rodeamos para que nos dijera que estaba pasando. Había mucha tensión.
«Casa Militar es quien no los quiere dejar entrar», nos reafirmo. En ese momento todos nos vimos las caras y comenzamos a criticar la situación. En este ínterin surgieron varios casos: Al camarografo de CNN, que al igual que los demás habían instalado sus equipos en el palco de prensa desde las 7:00 de la mañana, lo sacaron de la AN, pero luego lo dejaron entrar nuevamente.
Al equipo de Tal Cual le montaron el ojo. Al periodista Victor Amaya le dijeron «no pasas». ¿Motivo?, días atrás le pregunto a la «Primera Combatiente», Cilia Flores por los «narcosobrinos». Sin embargo, su reportera gráfica sí pudo entrar, pero al cabo de una par de horas habían varios funcionarios de la AN en la biblioteca preguntando por ella. La querían sacar. Nadie dijo nada. Todos nos apoyamos.
Llegó Maduro pasadas las 5:00 de la tarde, hora pautada para su Memoria y Cuenta. En los alrededores habían cientos de seguidores, fotos del nuevo Bolívar y Maduro, varias pantallas gigantes para transmitir el acto y una inmensa tarima en la esquina de San Francisco.
Rindieron honores al Jefe de Estado, mientras la prensa seguía encerrada en la biblioteca asomada por las ventanas para intentar captar su llegada por la alfombra roja, dispuesta en el patio del Palacio. Pero nunca pasó por allí. Ingresó por la puerta principal, directo al salón de sesiones.
De pronto el funcionario de la boina roja que estaba en la puerta de la biblioteca gritó: «fotógrafos y camarógrafos por favor». Todos corrimos en vano. Los periodistas no estaban invitados.
Solo se les permitió hacer tomas de apoyo y fotografías en 10 minutos mientras Maduro ofrecía su discurso. Luego los sacaron incluso de la AN. Los dejaron en el toldito donde todo comenzó.
Al transcurrir una hora del acto, nos dejaron bajar al patio, pero nunca nos dejaron entrar al salón. Varios diputados de la bancada opositora que entraban y salían fueron abordados por la prensa, en cuánto a la situación de censura. Todos respondían que no era su culpa sino de los militares.
La directiva de la Asamblea Nacional nos acreditó desde el pasado lunes. Las listas se las entregaron a Casa Militar, y esta a su vez, al Minci. Muchos nombres desparecieron.
Fuentes de la AN confirmaron a 800Noticias que el acceso a la prensa fue negado «para evitar comentarios y preguntas incómodas a Maduro y Cilia Flores».