¿Por qué la progesterona es importante en el cuerpo de la mujer? - 800Noticias
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Las hormonas son un componente químico fundamental del cuerpo humano, pero cuando existen desequilibrios o nos adentramos en periodos de cambio, nuestro cuerpo nos lo hace saber. Una de las más conocidas en este sentido es la progesterona, la hormona sexual femenina que producen los ovarios (y la placenta durante el embarazo) y que está implicada en distintos procesos, como en la regulación del ciclo menstrual de la mujer, en el mantenimiento del embarazo o en la preparación de las mamas para la lactancia.

Un desequilibrio en los niveles de progesterona puede conducir a problemas varios, como los ciclos menstruales irregulares, las dificultades para concebir o complicaciones durante el embarazo. En estos casos, se puede recurrir a la progesterona exógena, es decir, la administrada a través de medicamentos para suplir la deficiencia. Si tienes algún problema con la producción de esta hormona, este artículo te interesa, porque hoy repasamos las funciones de la progesterona y los consejos para controlarla:

Funciones de la progesterona

Como adelantábamos, la progesterona es una hormona esteroidea crucial para diversas funciones biológicas, principalmente para el sistema reproductivo femenino. Durante la vida de una mujer, esta hormona se encarga de regular el ciclo menstrual, ya que es producida después de la ovulación, en la fase lútea del ciclo menstrual. Así pues, prepara al endometrio (revestimiento del útero) para la posible implantación de un óvulo fertilizado y, si no ocurre la fertilización, los niveles de progesterona disminuyen, favoreciendo el sangrado menstrual. La progesterona natural conlleva unos efectos secundarios más reducidos que la sintética

En caso de que la mujer se quede embarazada, durante el periodo de gestación la progesterona mantiene el endometrio y evita su descomposición, algo esencial para la supervivencia del embarazo. También inhibe las contracciones uterinas que podrían expulsar el óvulo implantado y estimula el desarrollo de las glándulas mamarias para la producción de leche. De cara a la lactancia, junto con el estrógeno, se encarga de preparar las mamas para desarrollar el tejido glandular.

Por otro lado, la progesterona también tiene funciones metabólicas, pues contribuye a la regulación del metabolismo y al equilibrio de líquidos, influenciando la retención de sodio y agua. Y, aunque hoy nos centremos en su papel en el cuerpo de la mujer, no hay que olvidar que la progesterona también está presente en el organismo de los hombres y desempeña otras tareas reproductivas y neurológicas, entre otras.

Tipos de progesterona

La progesterona puede encontrarse en dos formas principales: natural y artificial (también conocida como sintética). La natural es la producida por el cuerpo humano, aunque también se comercializan algunas de origen vegetal para tatar la insuficiencia de esta hormona en la mujer. En estos casos, se utiliza en terapias de reemplazo hormonal, en tratamientos de infertilidad y para el mantenimiento del embarazo. Puede administrarse en diversas formas como cremas, geles, cápsulas orales y supositorios. Por su estructura idéntica a la hormona endógena, tiende a tener un perfil de efectos secundarios más reducido. Uno de los riesgos más significativos por el déficit de progesterona es la infertilidad

En cambio, las versiones sintéticas de la progesterona, tienen estructuras químicas variadas que imitan los efectos de la hormona natural. Son fundamentales en anticonceptivos hormonales y para el tratamientos para trastornos menstruales o endometriosis. Se administran en formas como píldoras, inyecciones y dispositivos intrauterinos. Aunque más estables y efectivos en ciertos contextos, la progesterona artificial conlleva una lista más amplia de posibles efectos secundarios debido a sus diferencias estructurales con la hormona natural.

Riesgos por déficit de progesterona

La insuficiencia de progesterona puede causar una serie de problemas de salud, especialmente en mujeres en edad reproductiva. Uno de los riesgos más significativos es la infertilidad, ya que los niveles bajos pueden impedir que el endometrio se prepare adecuadamente para la implantación del óvulo fertilizado. Esto también puede resultar en abortos espontáneos recurrentes. Además, la insuficiencia de esta hormona se asocia a ciclos menstruales irregulares, al síndrome premenstrual (SPM) severo y a síntomas de menopausia precoz, como sofocos y sudoración nocturna. El estrés crónico puede disminuir los niveles de progesterona

En el largo plazo, la insuficiencia de progesterona puede contribuir a la aparición de hiperplasia endometrial, una condición en la que el revestimiento del útero se engrosa anormalmente, aumentando el riesgo de cáncer endometrial. También puede afectar a la salud ósea y al mayor riesgo de osteoporosis, ya que la progesterona juega un papel fundamental en la regulación del metabolismo del calcio. Su impacto en la salud se extiende al ámbito emocional, ya que la insuficiencia de progesterona puede provocar ansiedad, depresión y cambios de humor.

Para mantener niveles adecuados de progesterona, es importante adoptar hábitos saludables, como mantener un peso corporal saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular. El estrés crónico también puede disminuir los niveles de progesterona, por lo que practicar técnicas de control del estrés como la meditación, el yoga y la respiración profunda resulta beneficioso. Para mantener unos niveles saludables de esta hormona, consume alimentos ricos en vitamina B6 como garbanzos y plátanos, zinc como semillas de calabaza y mariscos, y magnesio como espinacas y nueces. Estos nutrientes contribuyen a la producción hormonal y regulan el equilibrio de progesterona en el cuerpo.

Con información de Estetic.es

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