El café es una de las bebidas más populares del planeta, pues sirve para darnos un chute de energía muy necesario en la vorágine del día a día. Ya sea con un chorrito de leche, solo, con azúcar o incluso con miel, la gente suele condimentarlo un poco para reducir su sabor amargo natural. Incluso la sacarina es una buena aliada del mismo, lo que quizá te sorprenda un poco más es que la gente decida echarle una pizca de sal.
Igual te suena a remedio efectivo para vomitar, pero lo cierto es que como informa ‘Science Alert’, en los últimos tiempos parece haberse puesto de moda el echar sal al café, un truco que parece eliminar algo de la amargura y resalta los otros sabores que de otro modo podrían perderse. Si la idea te suena extraña, tenga la seguridad de que no es tan extraña como podría pensar. Incluso existe una base científica para esta peculiaridad del café, bien conocida durante décadas: el cloruro de sodio es extremadamente eficaz para suprimir el amargor del café y de todo tipo de alimentos.
Los científicos señalan que es la capacidad del cloruro de sodio (la sal de mesa de toda la vida) para suprimir el amargor la que le ha dado tanta popularidad a este producto a lo largo de la historia del ser humano. Al anular la percepción de la amargura, la sal permite que otros sabores, como la dulzura o el umami, pasen a primer plano y se noten más.
El cloruro de sodio es extremadamente eficaz para suprimir el amargor del café y de todo tipo de alimentos
Aunque quizá estudiaste el mapa de la lengua en el colegio, este fue desacreditado hace tiempo, lo que no significa que no existan diferentes receptores que son sensibles a tipos específicos de sabores. El receptor de sal se conoce como el canal epitelial de sodio o ENaC. Los receptores del sabor amargo pertenecen a una familia conocida como TAS2R. Una investigación de los 90 demostró que la sal, en efecto, es efectiva para enmascarar la amargura. Cuando los científicos mezclaron compuestos dulces y amargos, agregar sal hizo que la mezcla tuviera un sabor más dulce y menos amargo. Pero la supresión no fue en ambos sentidos; los compuestos amargos no suprimieron el sabor a sal.
Todavía no está del todo claro cómo funciona la supresión, pero la investigación en ratones en 2013 encontró que, mientras que ENaC sabe a bajos niveles de cloruro de sodio, en altas concentraciones, la sal también activa los receptores agrios y amargos . Esto se debe a que se cree que esta combinación tiene un sabor desagradable, y consumir demasiada sal de una sola vez es extremadamente peligroso. Pero un poco de sal es perfecta para reducir el amargor de ciertos productos.
En Vietnam el café salado se mejora con leche condensada para obtener una infusión deliciosamente parecida al caramelo
Y lo de echar sal al café, aunque a nosotros nos parezca una locura, es bastante común en otros países del mundo como Vietnam, donde el café salado se mejora con leche condensada para obtener una infusión deliciosamente parecida al caramelo. Una tradición sueca del café ártico es agregar un poco de carne o queso salado. Incluso los miembros de la Marina americana solían beber café con sal durante la Segunda Guerra Mundial.
Por tanto, si no te gusta el café con leche o muy dulce, quizá te merezca la pena experimentar con un poco de sal. Comienza con un poquito, si realmente te da mucho respeto, y a ver qué te parece. Por otro lado, si estás tratando de controlar tu consumo de sodio no te preocupes, porque la sacarosa y la leche suprimen también los sabores amargos, así que quizá prefieras quedarte con la tradición de siempre de echar un chorrito de leche al café.