Por qué el Sistema Eléctrico Nacional sigue al borde del colapso
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La situación del Sistema Eléctrico Nacional tiende a complicarse cada vez más, pues ya no es solo la falta de mantenimiento, inversión y reparación de los equipos lo que compromete la disponibilidad de electricidad, sino también la escasez de fuel oil para el funcionamiento de las plantas termoeléctricas.
El ingeniero civil, experto en hidroelectricidad, Jesús Gómez, explicó, durante una entrevista para Banca y Negocios, que las refinerías que producen el fuel oil están trabajando al 9% de su capacidad, lo que representa aproximadamente una producción de 80.000 barriles diarios, cuando debería de ser alrededor de 800.000 barriles diarios.
“Eso ya nos causa un déficit permanente, y ese déficit se suple con combustibles importados, pero a falta de ingresos y disponibilidad de divisas, se hace cada vez más difícil obtener ese combustible”, indicó el experto.
Por otro lado, la industria del gas que debería ser la otra fuente para el suministro de las plantas termoeléctricas, también está cada vez más reducida, generando un déficit permanente en estas centrales.
“Tenemos una potencia instalada en termoeléctrica alrededor de 19.000 megavatios (MW), de los cuales se están generando alrededor de 2000 nada más; es decir, entre el 10 y el 12%, eso hace que solamente la fuente hidroeléctrica sea la que están supliendo la mayor parte de la demanda», puso los números sobre la mesa el experto.
Y añadió: «durante el último mes las hidroeléctricas del bajo Caroní han producido alrededor de 7.200 megavatios diarios, con una producción alrededor de 175 gigavatios por día, y eso cubre el 80% u 85% de la demanda que está sumamente deprimida”.
¿Qué ocasiona el deterioro del sistema eléctrico?
El problema se origina por una multiplicidad de factores, entre ellos, la restructuración de la matriz energética que se realizó hace más de 20 años, lo que hace que el potencial de las plantas termoeléctricas sea mayor al de las centrales hidroeléctricas.
“Teníamos una matriz energética sumamente confiable, donde la hidroelectricidad representaba entre el 67% y 70% de la potencia instalada. Cuando llego este Gobierno, empezaron a cambiar esa matriz energética y entonces, hoy en día, la potencia termoeléctrica es superior a la hidroeléctrica. Ya por ahí empieza a fallar el sistema hidroeléctrico, que es sumamente robusto, permanente, confiable, y además es muy eficiente”
No así de confiables y eficientes son las plantas termoeléctricas, las cuales tienen problemas de mantenimiento, falta de repuestos y dependen del combustible que, en este momento, está escaso en el país, y si a eso se le añade la falta de personal calificado, politización de los empleados, falta de una gerencia capacitada y de reparación, lo que existe en materia energética, según el especialista, es una “tormenta perfecta”.
-Una demanda que se cubre mediante racionamiento-
Se sabe que la energía no se almacena, se produce y se consume, por lo que la capacidad de generación debe ser proporcional a la demanda; sin embargo, actualmente, la demanda de energía eléctrica se ubica alrededor de los 9.000 y 10.000 megavatios cuando debería de estar en 30.000 megavatios.
De acuerdo con el ingeniero civil Jesús Gómez, esta caída ocurre por la paralización de las medianas y pequeñas industrias y del sector comercial, aunado al esquema de racionamiento al que está sometido todo el país, donde los estados del interior se lleva la peor parte con cortes de seis horas o más.
“Eso hace al sistema sumamente engorroso y que esté en un equilibrio inestable. Además, como es un sistema interconectado, la más mínima falla que ocurra en uno de los componentes, inmediatamente se refleja en todo el resto del sistema. La energía que se esta generando en este momento cubre todo el consumo de la población, pero mediante racionamiento”, puntualizó Gómez.
¿Esto se pudo haber evitado? el especialista en hidroelectricidad, Jesús Gómez, explicó que de haberse construido el resto de las centrales hidroeléctricas, se generarían 32.000 megavatios, que serían más que suficientes para cubrir la demanda eléctrica nacional; sin embargo, Tocoma se encuentra paralizada hace ocho años y la segunda en desarrollo era Uribante y Caparo.
El deterioro de las plantas hidroeléctricas y termoeléctricas
El precario estado en el que se encuentran las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas es evidente. Sobre estas últimas, el ingeniero Gómez detalló que “básicamente, el bajo Caroní está trabajando al 100%, con limitaciones de transmisión, en los Andes. Uribante y Caparo está trabajando como a un 40% de capacidad, la planta de Santo Domingo que tiene cuatro turbinas, esta trabajando solamente con dos, y en la pequeña Masparro está operando al 50% de su capacidad”.
Estas son plantas relativamente confiables, pero pequeñas, y dadas sus ubicaciones permiten cubrir la demanda eléctrica en las llamadas horas pico.
En cuanto a las plantas termoeléctricas, el ingeniero Jesús Gómez señaló que existe poca información, pero se conoce que de los 12.000 megavatios instalados solamente están operativos alrededor de 2.000 y específicamente en las centrales de Zulia, Falcón, Monagas, Anzoátegui y la de Los Andes esta sumamente deteriorada y abandonada.
El sistema eléctrico en pandemia
A pesar de que no existen cifras especificas sobre la demanda doméstica de energía eléctrica, porque no se tiene acceso a la información, haciendo un análisis práctico, el especialista Jesús Gómez, consultado por Banca y Negocios, precisó que este indicador estaba alrededor de 15% del consumo total y en este momento se ubica en 25%, debido a que el comercio y la industria operan de forma inconstante y a pesar de que ha habido un incremento de la demanda a nivel de vivienda, el resto de los componentes se ha visto mermado.
Ante esto, concluye que lo que ha habido es la reestructuración de la demanda, pero siempre alimentada a los 9.000 megavatios que es la disponibilidad.
El posible colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es cada vez más inminente, y queda demostrado con la inclusión de la capital del país en el Programa de Administración de Carga anunciado por Corpoelec, que para el especialista, no es más que un esquema de racionamiento eléctrico.
Este plan, que no especifica tiempo de duración ni horario de racionamiento, está dirigido especialmente para la zona oeste de la ciudad de Caracas; sin embargo, el ingeniero Jesús Gómez no descarta que paulatinamente se incorporen otras zonas, ya que desde hace tiempo existe un “racionamiento solapado” en extensas zonas de sureste de la ciudad con apagones diarios entre 2 y 4 horas.
Recordó además que hace tiempo se hizo un ensayo de racionamiento en Caracas y desde comienzos de la época de los años 70 se trató de tener en la capital, en la cual se concentran las sedes de poderes públicos, un sistema de abastecimiento seguro, confiable y diversificado, es así se construyó todo el sistema de Tacoa, la planta «Ricardo Zuloaga» en el litoral y más recientemente se incorporaron otras plantas de generación.
Solo la planta de Tacoa, con 1.200 megavatios, es capaz de abastecer más del 70% de la demanda eléctrica en la zona Metropolitana, además, se han incorporado otras plantas como la de Guarenas con 156 megavatios, en los Valles del Tuy, La Raisa y El Sitio, y en los Altos de Mirandinos, «José María España» y La Mariposa, pero la falta de mantenimiento y combustible hace que el 90% de la capacidad instalada de estas centrales se encuentre fuera de servicio.
A este escenario, se suma el mal estado en los sistemas de distribución de baja tensión. “Vemos a diario como hay rotura de cables que no se sustituyen. Haría falta sustituir más de 10.000 transformadores de baja tensión, las pérdidas técnicas del sistema alcanzan 30% de toda la energía generada. El panorama que nos espera, es negro” advierte el especialista en hidroelectricidad.
¿Cuánto hace falta para recuperar el Sistema Eléctrico Nacional?
Para comenzar a tener un sistema relativamente eficiente y rápido, Gómez considera que lo ideal seria empezar a recuperar las plantas de generación hidroeléctrica y, a partir de allí, trabajar para rescatar también las centrales termoeléctricas, específicamente las de Zulia, Falcón, Mérida y Táchira que son los extremos de la línea de transmisión.
En cuanto a la cantidad de recursos que se deben invertir para tener un sistema eléctrico óptimo, aseguró que esta es muy cambiante, pero sí supera los 20.000 millones de dólares.
“Hace poco se hablaba de unos 20.000 millones de dólares, pero es posible que esa cifra sea muy cambiante; además, cuando se hizo esa estimación, no se incorporó el costo del combustible que representa el 30% o 40% de esa inversión”, precisó.
Energía Renovable: Una solución económica y natural
El ingeniero civil, especialista en hidroelectricidad, Jesús Gómez, apuesta por las energías renovables para resolver el problema de la inestabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional, por supuesto, complementadas con la energía hidroeléctrica.
“No tienen emisiones de Co2, se pueden ubicar relativamente fácil en cualquier sitio porque Venezuela tiene un potencial sumamente elevado para usos de esas energías; pero sobre todo, son las energías más económicas que se producen hoy en el mundo”, explicó.
Ante la situación de declive económico que vive el país, esta energía es la más conveniente porque no está sujeta a la variación de los precios petroleros que inciden tanto en el precio del gas, como en el del diesel o fuel oil.