Por qué algunas personas no soportan estar sin hacer nada - 800Noticias
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La hiperestimulación y la velocidad de cambio de los inputs que recibimos en el día a día hacen que estemos tan desconectados de nosotros mismos que nos genere extrañeza simplemente sentir nuestro ser. De hecho, tenemos tan normalizado el exceso de información que nos genera incomodidad no tenerlo y es entonces cuando sentimos el llamado «horror vacui» o esa necesidad de llenar cada momento de la vida con actividades, pensamientos y cosas.

El término “horror vacui”, tal como explica la psicóloga Laura Portaencasa, de Mundopsicologos.com, viene de un concepto del mundo del arte que hace referencia al movimiento artístico en el que se llena todo el espacio sin dejar ningún vacío; si bien este concepto, aplicado a la psicología, se utiliza para describir la angustia que existe en nuestra sociedad actual cuando no tenemos nada que hacer y nos quedamos solos con nuestros pensamientos y nuestras sensaciones corporales.

Algunas personas son más propensas que otras a sufrir esta necesidad de llenar cada momento de su vida que está relacionada con el hecho de no saber parar, según afirma la psicóloga. Aquellas que son ansiosas, que tienen tendencia a los pensamientos obsesivos, a las rumiaciones y, en definitiva, a tener ansiedad tienen más probabilidades de dar rienda suelta a ese ‘horror vacui’. También se da en el caso de las personas activas, extrovertidas y aquellas que focalizan su vida en el exterior; pues este tipo de personas siempre la necesidad de estar ocupadas y se sienten más incómodas cuando paran de hacer cosas.

Cómo se manifiesta el horror vacui

En los casos más agudos pueden darse ataques de angustia y de pánico, aunque lo más frecuente es padecerlo en forma de incomodidad, ansiedad o nerviosismo de modo que las palpitaciones en el pecho, la hiperventilación, el nudo en el estómago, los pensamientos catastrofistas, el temblor y la sudoración en las manos pueden ser algunos de los signos que indican que se sufre este trastorno. «El problema está en los tipos de pensamientos que empiezan a aparecer, sin orden ni rumbo, divagando entre el pasado y el futuro sin llegar a ninguna finalidad concreta. Eso hace que empecemos a plantearnos posibles escenarios futuros que nos generan preocupación. Y lo mismo ocurre con el pasado, pues tienden a retroceder a escenas determinadas donde se cuestionan lo que dijeron o lo que no hicieron generando en ellos sentimientos de culpabilidad», aclara Portaencasa.

Esa incapacidad de parar impide experimentar paz, quietud y calma. Por eso la psicóloga aconseja a todas aquellas personas que sientan que sufren este trastorno que trabajen con estas pautas que ayudan a centrarse en uno mismo, relajarse y aprender el valor de la introspección.

Practica meditación

Es fundamental aprender a bajar el ritmo de nuestros pensamientos, encontrar la manera para ralentizar y centrarnos en las cosas importantes.

Escribe un diario emocional

Aprender a reconocer nuestras emociones, darle nombre y manejarlas nos ayuda a tomar conciencia de lo que sentimos, enfrentarnos a ello para solucionarlo, en lugar de huir, llenando cada momento de nuestra vida con cualquier cosa.

Dedícate tiempo

Reserva media hora en tu agenda como un tiempo dedicado para ti. Solemos tener tiempo para todo y para todos. Empecemos a dedicar cada día un rato también para nosotros mismos.

Visualiza el problema

Escribe las emociones desagradables que te genera, sobre todo al principio. Analizar y usar palabras negativas para describir nuestro malestar es muy útil para visualizar el problema e intentar solucionarlo.

Olvida las pantallas

Apaga la TV y abre un libro. Los beneficios de la lectura son infinitos, para el cerebro y para la psique. Además, cortar con las pantallas y dispositivos electrónicos también es muy recomendable para nuestro bienestar psicofísico.

Información de ABC

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