Por qué a los gatos les encanta sentarse en cajas
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Cualquiera que tenga gatos sabe que les encanta sentarse en cajas. Ahora un proyecto de ciencia ciudadana sugiere que a los gatos también les gusta sentarse dentro de formas bidimensionales que solo parecen cuadrados.
Los gatos, al igual que las personas, pueden dejarse engañar por las ilusiones ópticas, según sugiere un ingenioso estudio publicado en Applied Animal Behavior Science. El estudio, basado en experimentos llevados a cabo por propietarios de mascotas en sus casas durante la pandemia de COVID-19, revela que los gatos tienden a sentarse dentro de formas bidimensionales que solo parecen cuadrados con la misma frecuencia que se sientan dentro de un cuadrado real. Los resultados podrían darnos una idea más clara de la cognición de los gatos.
En el estudio, titulado «Si encajo me siento: Una investigación de ciencia ciudadana sobre la susceptibilidad a los contornos ilusorios en los gatos domésticos», los investigadores utilizaron el impulso de los gatos de sentarse en espacios cerrados para probar cómo sus pequeñas mentes perciben una ilusión visual.
So pleased to announce that my paper, «If I Fits I Sits: A Citizen Science Investigation into Illusory Contour Susceptibility in Domestic Cats (Felis silvestris catus) has just been published in AABS! #IfIFitsISits #CatSquare #CitizenScience #CommunityScience pic.twitter.com/AXbDttnOGC
— Gabriella Smith M.A. (@Explanimals) May 4, 2021
El cuadrado Kanizsa
La ilusión en cuestión era el cuadrado Kanizsa: cuatro formas parecidas a un pacman orientadas para que parezca que forman las cuatro esquinas de un cuadrado, lo que induce al espectador a percibir un cuadrado que en realidad no existe.
Este tipo de ilusiones se producen cuando nuestros cerebros ajustan la información visual en torno a ideas preconcebidas, probablemente para rellenar la información que falta. Son muy útiles para distinguir formas depredadoras o alimenticias ocultas por el follaje.
La coautora del estudio, Gabriella Smith, investigadora de la cognición animal en el Hunter College de Nueva York, tuvo la idea de poner a prueba la percepción cognitiva de los gatos tras escuchar una conferencia sobre la susceptibilidad de los perros a las ilusiones ópticas y se preguntó si un gato doméstico también podría caer en el engaño visual.
Reclutan ciudadanos científicos
Smith y sus colegas reclutaron a seres humanos para que colocaran objetos en el suelo para que sus felinos eligieran. Una vez hechas las formas de papel, los investigadores indicaron a los ciudadanos científicos que colocaran las formas en el suelo en varias disposiciones. Estas disposiciones incluían un cuadrado regular con aristas, un cuadrado Kanisza perfecto y un cuadrado Kanisza deforme.
Los propietarios de los gatos debían filmar la respuesta de los gatos en condiciones razonablemente controladas para evitar influir en las elecciones de los animales. Aunque en un principio se inscribieron más de 500 gatos domésticos, el conjunto de datos final se redujo a 30 científicos ciudadanos que consiguieron completar todas las pruebas necesarias.
De la muestra de 30 gatos, nueve eligieron sistemáticamente sentarse en una de las formas. Esos nueve gatos se sentaron en el cuadrado normal ocho veces, en el cuadrado perfecto de Kanizsa siete veces y en el cuadrado deforme de Kanizsa solo una vez.
«Las principales conclusiones son que los gatos son susceptibles a la ilusión de Kanizsa de una manera similar a la de los humanos», explica Smith.
¿Por qué a los gatos les gusta sentarse en cajas?
Los estudios han demostrado que sentarse en cajas puede reducir el estrés de los gatos de los refugios, por lo que no sería demasiado arriesgado sugerir que los gatos se sienten más cómodos cuando están encerrados.
«Esta caja virtual puede proporcionar algún sentido equivocado de seguridad y comodidad psicosomática», escribió el etólogo de la Universidad Tufts Nicholas Dodman para The Conversation después de que el meme #catbox despegara en 2017.
«Su visión está pensada para la distancia y la velocidad, para ver a un ratón correr por el campo. De cerca están prácticamente ciegos a 20 o 30 centímetros de su hocico», dijo la especialista en comportamiento felino Ingrid Johnson a Treehugger el año pasado, según informó Science Alert .
«Me imagino que probablemente se sientan como si estuvieran ‘dentro’ de algo… como si estuvieran en una bandeja de cartón de comida enlatada. Aunque poco profundo, sigue siendo reconfortante, ofrece parámetros o al menos la percepción de los lados».