Policía lusa también encubrió pederastia de la Iglesia
EFE
No fue solo la Iglesia católica, también la Policía lusa ayudó a encubrir abusos de menores, concluyen los expertos que investigaron la dimensión de la pederastia en el seno de la institución y que estiman que el número de víctimas en Portugal se acerca a las 5.000.
El informe de la comisión de expertos revela la «complicidad de las autoridades civiles en el encubrimiento de los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes católicos», de acuerdo con la información encontrada en archivos diocesanos.
Los documentos confirman que las autoridades civiles tenían indicaciones para avisar a la Iglesia de denuncias de abusos y para no abrir de inmediato investigaciones oficiales.
En concreto, la comisión relata en su informe el caso de un sacerdote que abusaba sexualmente de niñas y niños en la década de 1970 y que no fue detenido ni se avanzó con la investigación para proteger la imagen de la institución religiosa pese a las denuncia.
El proceso llegó a los tribunales gracias a la denuncia de la familia de uno de los menores, aunque otras víctimas llegaron a declarar a favor del abusador.
El sacerdote fue absuelto y los denunciantes fueron acusados de pretender dañar la imagen del religioso.
El testimonio de un comandante de la Gendarmería Nacional de la República (GNR) destapa «el papel de sus superiores en las diligencias para que el caso no fuera investigado».
El abusador se mantuvo en activo hasta que él mismo pidió su retiro en la década de 1990, de acuerdo con el informe.
Hoy trascendió también que un sacerdote sospechoso de abusar de un menor en Funchal (Madeira) se presentó este jueves ante la Fiscalía para «asumir sus responsabilidades» pero no fue detenido y continúa en libertad porque no se habría presentado ante la «autoridad» adecuada, según el diario Observador.
La Fiscalía iniciará el proceso para su detención tras una investigación por abusos a un menor ocurridos entre 2017 y 2018, durante sus visitas a la residencia de los abuelos del niño.
Cuando comenzó el proceso, el sacerdote se fugó y en 2019 pidió su retirada del sacerdocio.
Tras un año de investigación sobre abusos cometidos en la Iglesia desde 1950, la comisión de expertos estima que al menos hay 4.800 víctimas, la mayoría abusadas cuando tenían entre 10 y 14 años y que el 77% de sus abusadores eran sacerdotes.
Aunque el grueso de los abusos se produjo entre 1970 y 1990, al menos 27 víctimas nacieron después y la más joven tiene hoy 6 años.
La comisión calcula también que hay más de 100 sacerdotes en activo sospechosos de haber abusado de menores en Portugal.
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