Policía de Río de Janeiro ha incautado un récord de 300 fusiles en 2016
EFE
Una operación contra una banda de narcotraficantes en un barrio de la zona norte de Río de Janeiro le permitió a la Policía Militarizada de este estado brasileño incautarse hoy de un fusil y alcanzar un récord de 300 decomisos de este tipo de armas este año, informaron fuentes oficiales.
El número de fusiles decomisado hasta hoy, y que puede aumentar aún más hasta fin de mes, supera los 296 incautados durante todo el año pasado y que hasta ahora constituía un récord, según la Policía Militarizada de Río de Janeiro.
El nuevo decomiso fue hecho por agentes del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), el grupo de elite de la Policía de Río de Janeiro y que este año se incautó de 43 fusiles, armas de alta letalidad.
De los 300 fusiles decomisados este año en Río de Janeiro, los más comunes fueron el AR15, con 103 incautaciones, el AK47 (83) y el FAL792 (48).
Según el comunicado, «este resultado muestra la rápida respuesta de la Policía Militarizada en la represión y el combate a los criminales que usan especialmente fusiles para practicar crímenes y enfrentarse a los policías».
Río de Janeiro es el estado brasileño con más casos de decomisos de fusiles debido a que se trata de un arma ampliamente utilizada por las bandas que dominan el tráfico de drogas en las favelas para ejercer control sobre las barriadas y atacar a la Policía desde larga distancia.
Sin embargo, de acuerdo con un estudio de la organización no gubernamental Sou da Paz, las armas más decomisadas en todo Brasil son en su gran mayoría nacionales y pequeñas.
Según el estudio, el 70,7 % de las 49.248 armas incautadas en los cuatro estados más poblados de Brasil en 2014 eran pequeñas (49,4 % revólveres y 21,3 % pistolas), un 15,7 % escopetas, el 3,3 % carabinas y rifles, el 1,0 % fusiles y el 0,8 % subametralladoras.
De los 478 fusiles decomisados en los cuatro estados analizados, 279 fueron incautados en Río de Janeiro, 142 en Sao Paulo, 26 en Minas Gerais y 31 en Espíritu Santo.
Pese a que Brasil puso en marcha en 2003 un severo Estatuto de Desarme que redujo el número de armas compradas anualmente por civiles desde unas 132.000 en 2002 hasta 66.875 en 2014, aún hay una gran cantidad circulando ilegalmente.
De acuerdo con el Instituto Sou da Paz, pese a los avances del Estatuto del Desarme, que evitó la muerte de unas 160.000 personas desde su aprobación, las armas de fuego fueron responsables de 40.369 homicidios en 2014, que representan el 71 % del total (56.804). EFE