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Para nadie es un secreto que el pie es una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, esto puede ser uno motivo para desarrollar esta admiración, pero al parecer las consideraciones al abordar este tema son mucho más complejas…
Dicen los sabios que la sexualidad mueve al mundo; quien diga lo contrario que arroje la primera piedra… Esa energía por la cual nos sentimos atraídos por el placer carnal y todo lo que implica, es un vasto universo que engloba factores psicológicos y fisiológicos expandidos a lo etéreo de su intimidad y el erotismo; rasgos que indudablemente fascinan hasta el más ascético, dado que casi todos los mortales hemos sucumbido ante la concupiscencia. Podría afirmar que todos hemos bebido de esa cornucopia de fluidos, sensaciones y aromas; sencillamente, porque el verdadero drama es negar los impulsos que nos hace humanos.
Apartando la grandilocuencia, debo decir que la sexualidad la asume cada quien como le parezca; cada quien escoge vivir su sexualidad como le parece, siempre y cuando no estés haciendo daño, -aunque esto también sea cuestionable-. Aparentemente las fronteras se han dilatado cada vez más y ya no te mandan a la hoguera por haberte masturbado pensando en María Magdalena… Los gustos son casi infinitos, y los fetiches son cada vez más aceptados desde perspectivas que son más lúdicas que de resignaciones.
Uno de los fetiches, que sin duda se ha puesto muy de moda es la adoración por el pie femenino, aunque también existen muchísimas personas que sienten también atracción por el pie masculino. Para nadie es un secreto que el pie es una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, esto puede ser un motivo para desarrollar esta admiración, pero; al parecer las consideraciones al abordar este tema son mucho más complejas.
Por alguna razón, este fetichismo se repite más en hombres que en mujeres, y al hablar de fetichismo ya estamos entendiendo que el solo hecho de mirar un pie desnudo provoca una reacción en cadena de sensaciones sexuales y deseo; como aquel que disfruta de un cuerpo de una fémina totalmente despojada de ropas, solo que aquí es exclusivamente por el pie. Ahora bien, analizar la erótica del pie parece ser algo que solo entienden estos fetichistas. Por ejemplo, el cineasta Luis Buñuel adoraba los pies; también Quentin Tarantino no tuvo ningún reparo en hacer público su gusto por los pies de las mujeres; incluso, ambos cineastas han aprovechado el celuloide para hacer referencia a los pies con intenciones sensuales; además la animadora americana Brooke Burke ha revelado que le gusta ser traviesa con los pies de sus parejas, y Madonna ha dicho en varias ocasiones que practica el feetfetish.
¿Cuáles son los orígenes de esta fascinación?
Existen muchas teorías alrededor. Freud habló que el zapato femenino era un símbolo de los genitales de la mujer, de ahí que existan muchos adoradores de los tacones, aunque esta teoría no me convence del todo. También decía, que en la infancia, la pulsión de ver los genitales de la madre desde abajo, quedó petrificada por la prohibición y la represión, reteniendo así el fetiche al pie o al zapato. Otras teorías radican en lo curvilíneo del pie femenino, muy similar al cuerpo de una mujer y sus curvas, características que seducirían a muchos; o que generalmente siempre se encuentran escondidos, y que al ser expuestos en todo su esplendor revelan la desnudez prohibida junto a la intimidad que yace en su sudor y olor.
Si antes el disfrute de los pies estaba reservado para freaks escondidos detrás de una pantalla de computadora, o los más valientes exploradores de servicios clandestinos, en pleno siglo 21 se organizan reuniones en algunos lugares de Europa, Brasil o E.E.U.U para rendir homenaje a los pies en todo el sentido de la palabra. En España el Spanish Foot Fetish (SFF) es un grupo que ya es famoso por brindar un espacio en el que los asiduos a esta zona corporal se puedan sentir cómodos sin discriminación de ningún tipo. Aquí buscan visibilizar la práctica, con códigos para el sano disfrute, alejado de curiosos. Las actividades destacan desde el masaje, los besos, lamer o chupar los pies que te gusten, todo en un ambiente cordial y de consenso; pero, pueden extenderse a acciones más intensas como el Trampling (pisadas sobre el cuerpo) o Footjob (sexo con los pies) y sus variables. Cabe mencionar que una de las preferencias más extendidas son los “pies sudorosos con algo de olor”.