Píxar reivindica en «Onward» la magia que no debimos olvidar
EFE
Dan Scanlon convirtió los escasos recuerdos que les quedaban a su hermano y a él, de su padre fallecido, en un mundo cinematográfico de magia y fantasía donde es posible traerlo de vuelta, aunque sea por unas horas. Es «Onward», una cinta que recupera la inocencia y reivindica la magia que no debimos olvidar.
Pero todo es posible en Píxar, responsable de películas inolvidables con «Toy Story» (1995), «Finding Nemo» (2003), «Up» (2009), «Inside Out» (2015) o «Coco» (2017).
«A Píxar le encantan los riesgos; cuanto más rara sea la idea y más única y diferente, más emocionante nos parece», asegura la productora Kori Rae en una entrevista con Efe realizada en Madrid, donde acompaña al director de «Onward» en la promoción de la cinta, que se estrena en España el día 6 de marzo.
Scanlon, que ya dirigió «Monsters University «, firma esta primera película después de que Disney comprara la compañía; algo que, según el director no ha modificado en absoluto su carácter «rebelde».
«Desde el principio, Disney apoyó que fuera una idea personal y que transcurriera en este mundo tan loco», aporta Rae. Un mundo donde los unicornios rebuscan en cubos de basura y hadas y gnomos diminutos se las apañan para viajar en Harley, vagos como se han vuelto, para evitar el esfuerzo de volar con unas alas plegadas y mustias bajo sus chupas de cuero.
La historia comienza muchos años atrás, cuando el mundo estaba habitado por criaturas maravillosas que podían hacer magia para ayudarse entre ellos aunque, como no siempre era fácil completar los encantamientos, empezaron a buscar una vida más fácil. Otra metáfora, esta sobre cómo la tecnología acaba con la inocencia.
Dos hermanos elfos reciben el día del 16 cumpleaños del pequeño un bastón mágico del padre fallecido y un conjuro que, de hacerlo bien, le traerá a la vida durante 24 horas. Pero algo falla y solo recuperan la mitad de su padre: del cinturón para abajo.
«Queríamos que los chavales sintieran cómo se crece sólo con partes (emocionales) de su padre, a mí me ocurre, pero ellos tienen algo físico. Nos divertía mucho esa idea, porque por un lado es bastante ridículo, pero por otra es muy sentimental y los animadores trabajaron mucho para meter los matices para transmitir esas emociones», comenta Scanlon.
Un personaje, el del padre, que remite a «Weekend at Bernie’s» (1989) con el mismo sentido del humor que llega a la carcajada y que también es una metáfora.
«Más que posicionamiento político, creo que hay un mensaje emocional sobre lo que significa apreciar a la gente que tenemos cerca y que nos ayuda por encima de lo que esperamos de ellos para convertirnos en las personas que somos», reflexiona el director.
«Una vez decidimos que queríamos contar con la magia para traer al padre, pensamos que estos dos hermanos son actuales y debíamos ambientarlo en un mundo moderno»; por eso, agrega, rodearon a los chicos de un entorno de fantasía donde todos los seres de la literatura mitológica tienen trastocada su naturaleza. «El equipo ha disfrutado muchísimo dándoles la vuelta», se ríe Scanlon.
Pero también hay situaciones «normales» en el mundo de hoy, como la relación lésbica de la agente Spectrum. «Al crear este mundo no solo queríamos poblarlo con personajes inventados, sino también reflejar nuestro mundo, por eso nos pareció muy natural que estuvieran ahí», defiende Rae.
Scanlon (Míchigan, 1976) confiesa que Ian, el elfo más apocado, es él, «yo mismo -dice- tenía esa falta de confianza en mi mismo y me ayudó a mejorar la relación maravillosa que tuve con mi madre. Y desde que salió la película todo es más especial con ella y con mi hermano, espero que esto también lo sientan los espectadores con su propia familia».
Rae, de haber sido algún personaje, elije a la mantícora, «porque es una guerrera, y me encanta que vuelve a sus raíces y encuentra su verdadera naturaleza, y muestra como es ella en realidad». Y, al final, vuela.