Piscina, pop y colores en la última jornada de la moda hombre en París - 800Noticias
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EFE

Con una piscina convertida en pasarela y una colección-concierto acompasada por la voz de la cantant Solange Knowles, las firmas Lanvin y Kenzo cerraron este domingo la Semana de la Moda hombre de París.

La mañana abrió con Lanvin que llevó a sus invitados hasta el noreste de París, casi a las afueras, hasta un estadio deportivo con una piscina cubierta en estilo art déco.

La firma más antigua de la capital francesa, creada en 1889 por Jeanne Lanvin, sigue generando expectación entorno al fichaje del diseñador Bruno Sialelli, tras cuatro años tormentosos para la marca con la salida consecutiva de tres de sus directores creativos.

Sialelli,de 31 años, fue nombrado a principios de este año y en esta segunda colección para Lanvin dejó entrever su ambición por rejuvenecer la marca, con creaciones dinámicas y cargadas de color, manteniendo los cánones de elegancia de la histórica «maison».

Además, Sialelli, que había trabajado con Jonathan Anderson en Loewe lo que ha marcado claramente su estilo, tiene la complicada tarea de dirigir las líneas de hombre y mujer, normalmente a cargo de dos diseñadores distintos.

En cualquier caso, el nuevo hombre Lanvin es más sofisticado, menos «grunge» y más colorista del prototipo que el diseñador Lucas Ossendrijver había creado para la firma en los últimos once años.

Se confirmó entorno a una piscina, en un ambiente luminoso y distendido, donde la apuesta predominante fueron trajes de sastrería en bermudas, chaquetas marineras, largas prendas de punto y anchos sombreros de paja.

Según comentó a la prensa tras el desfile de esta colección primavera-verano 2020, Sialelli quería imaginar el viaje de un grupo de jóvenes a Grecia y transmitir una cierta idea de ligereza: «prendas juguetonas con referencias a la mitología marina» en clave «relajada, guay y francesa».

«Incluso los tejidos reflejan ese efecto de tostarse al sol, a montar en barco, los bolsos parecen medusas… Esa idea de ir de viaje y tener que llevar objetos pequeños por la limitación de equipaje», contó.

La colección, especialmente sensual, recuperó estampados bohemios utilizados por la «maison» en los años 70 para incidir en el carácter romántico de las prendas.

Un poncho de punto en naranjas, blancos y turquesa fue una de las propuestas más llamativas de la temporada, pero también destacaron unas americanas con olas pintadas en las mangas y prendas mucho más comerciales como camisetas de algodón estampadas.

Lanvin mostró además algunos estilismos de mujer, en la misma tónica que la colección masculina, con vestidos de punto hasta los pies y estampados de colores a rayas, y pañuelos con visera a modo de gorra en los accesorios.

Sialelli confesó que estos primeros meses de trabajo en la marca le han hecho sentir muy bien pero reconoció que las vacaciones le siguen pareciendo el mejor momento del año.

Y de la piscina al enorme estadio multiusos de AccorHotels Arena, que Kenzo abrió al público y llenó hasta arriba para el último desfile de sus diseñadores, los estadounidenses Carole Lim y Humberto Leon, que tras ocho años dejan la marca de origen japonés para consagrarse a su firma, Opening Ceremony.

Lim y Leon tienen el mérito de haber sabido captar el momento por el que pasaba la industria -eso que algunos expertos definen como «democratización del lujo»-, para llamar la atención de un nuevo público con sus prendas coloridas y sus sudaderas bordadas, éxito de ventas y de las fotos más buscadas de «street style».

La cantante Solange Knowles, hermana de Beyoncé, los ayudó a convertir el desfile en un espectáculo lo que hizo perder a la ropa el protagonismo que merece.

Aún así, el dúo supo cerrar esta etapa con una colección de básicos cargada de color, con pantalones fluidos de talle bajo, camisas con detalles deportivos, como mangas impermeables, pantalones cortos para él y una buena colección de sudaderas y chaquetas deportivas.

Destacaron el naranja y el púrpura que Kenzo propuso también en la colección femenina -la firma presenta las dos líneas en un único desfile- mucho más ochentero, con mangas cargadas de volantes, «crop tops» con hombreras y pantalones de talle alto y ligeramente acampanados.

La moda hombre cierra con esta jornada sus propuestas para la próxima primavera-verano, pero las casas de costura vuelven a darse cita en unos días, del 30 de junio al 4 de julio, para la presentación de la alta costura otoño-invierno 2019/2020.

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