Piden detener el odio a pocos pasos de la Casa Blanca - 800Noticias
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EFE

Llamados a la unión como antídoto al odio y al racismo se escucharon este martes a escasos pasos de la Casa Blanca, donde un grupo de activistas se concentró para expresar su pesar por los tiroteos de este fin de semana que causaron 32 muertos, muchos de ellos de la comunidad hispana.

«Ubícate en el lado correcto. Únete contra el odio», «Estamos con los inmigrantes y los solicitantes de asilo» y «No odio» se leían en carteles variopintos empuñados por manifestantes que acudieron a una protesta convocada por alrededor de quince organizaciones cívicas en Washington.

El director ejecutivo de Labor Council for Latin American Advancement (LCLAA), Héctor Sánchez, consideró que lo sucedido en El Paso «es la culminación de los ataques» que el presidente comenzó con su campaña «contra mexicanos, contra latinos, contra inmigrantes».

Sánchez consideró como una «masacre» y un «crimen de odio» lo ocurrido en El Paso, donde el pasado sábado un hombre de 21 años que previamente había escrito un manifiesto en el que advertía de una «invasión hispana en Texas», abrió fuego contra los empleados y los clientes de un centro comercial.

«Esta persona literalmente se enfocó en nosotros para ir a matarnos, para ir contra nuestros niños, contra nuestras familias, entonces este literalmente es un llamado a decir ya basta», afirmó el líder, quien señaló que en los últimos tres años han aumentado un 25 % los crímenes de odio contra la comunidad hispana.

Para María Teresa Kumar, presidenta de la organización Voto Latino, con la actividad de hoy le están enviando «un mensaje» al presidente estadounidense, Donald Trump, de que la comunidad latina está unida.

«Y este presidente nos trata de decir que tenemos miedo, pero nosotros sabemos nuestro poder», puntualizó la activista, para quien lo ocurrido en El Paso «nos ha unido, porque nosotros sabemos que cuando estamos unidos jamás seremos vencidos».

Vestida de negro, Alison Friedman, una de las manifestantes, exhibía un cartel improvisado en un trozo de cartón, en el se expresaba «tan enojada, tan triste, tan comprometida con responsabilizar a Trump, (al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch) McConnell y a otros supremacistas blancos» de lo sucedido.

«Sabemos que cuando el presidente exuda odio, eso es inconsistente con los valores que muchos de nosotros honramos e inspira a otras personas a la violencia», dijo Friedman a Efe, quien lamentó que EEUU sea el «único país en el mundo que no cuenta con regulaciones razonables sobre armas».

A su juicio, no se trata «solo de los asesinatos en masa en los que se centran las noticias, sino de la violencia armada diaria que es evitable».

Por su parte, Manuel Contreras, un mexicano-estadounidense que trabaja en la George Washington University, lamentó que la Administración Trump promueva «la discriminación y el odio», básicamente por etnia y muy directamente contra la comunidad hispana.

«Es terrible esta situación y esperemos que sea la gota que derrama el vaso», afirmó en relación a lo ocurrido en El Paso, al tiempo que hizo un llamado «para que la gente cada vez más se una a un movimiento para hacer un cambio».

«La promoción del odio, la promoción de la discriminación, es algo que no se debe tolerar en un país como este», sostuvo Contreras.

Unas 100 organizaciones, entre ellas las convocantes de la protesta, expresaron en una declaración la necesidad de que las personas puedan «sentirse seguras mientras compran, disfrutan de una noche con amigos, asisten a la escuela o servicios religiosos, o participan en cualquier otra actividad legal».

Los activistas advirtieron que esta violencia «no tiene precedentes en más de 20 años», y subrayaron que «nada de esto es aceptable, nada de esto es normal».

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