Piden cancelar a Pepe Le Pew por «normalizar el acoso» - 800Noticias
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Agencias

Una columna del diario The New York Times, puso en el centro de la polémica a algunos de los recordados personajes animados de los Looney Tunes. Entre ellos está el zorrillo Pepe Le Pew, que es acusado de normalizar la cultura de violación.

LePew es protagonista de una serie de episodios que lo muestran persiguiendo a una gata que no logra deshacerse de él. El zorrillo besa a la gata por la fuerza, la abraza e incluso la llega a encerrar para obligarla a estar con él.

La problemática del personaje fue traída al 2021 por el columnista Charles M. Blow del New York Times, quien sostiene que el personaje animado, que data de 1945 «normaliza la cultura de la violación».

Le Pew no es el único personaje «problemático» de los Looney Tunes mencionado en la columna. También están el ratón Speedy González, «cuyos amigos ayudaron a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos», así como un personaje secundario de ‘Tom y Jerry’, Mammy ‘Two Shoes’, una trabajadora afrodescendiente «corpulenta que habla con fuerte acento».

Según el columnista, estos personajes y otros que son mencionados en la columna promueven estereotipos ofensivos y racistas. «El racimo debe ser exorcizado de la cultura, incluida, o talvez especialmente, de la cultura infantil».

Así, ataca también las películas de ‘Tarzan’ que, según sus palabras, muestra a «un hombre blanco semidesnudo en medio de una jungla africana que conquista, doméstica y burla a los afrodescendientes de allí, que son retratados como primitivos, si no salvajes». O a las películas ‘Western’ que describían «a los nativos americanos como salvajes agresivos y sedientos de sangre contra los que valientes hombres blancos se veían obligados a luchar».

El artículo del columnista fue difundido pocos días después de que seis libros del autor Dr. Seuss fueran retirados debido a representaciones consideradas racistas de minorías étnicas.

«Enseñar a un niño a odiarse o avergonzarse de sí mismo es un pecado contra su inocencia y un peso contra sus posibilidades», concluye.

Fuente: El Comercio

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