Petrobras lamenta muerte de juez de Supremo que llevaba su caso de corrupción
EFE
La estatal brasileña Petrobras lamentó “profundamente” la muerte del juez Teori Zavascki, de la Corte Suprema y que instruía el gigantesco caso de corrupción destapado en el seno de la compañía, fallecido este jueves en un accidente de avión frente a las costas del estado de Río de Janeiro.
“Lamento profundamente el fallecimiento del magistrado Teori Zavascki que instruyó con tanta seriedad, firmeza y justicia los procesos de la operación Lava Jato en el Supremo Tribunal Federal (STF)”, señaló en un comunicado el presidente de Petrobras, Pedro Parente.
El dirigente de la estatal añadió que “es una gran pérdida para la Justicia y para Brasil”.
La avioneta en la que viajaba Zavascki, del modelo Hawker Beechcraft King Air C90, había salido del aeródromo Campo de Marte, en la ciudad de Sao Paulo, con destino a Paraty, en el litoral sur del estado de Río de Janeiro.
La aeronave, que estaba ocupada por cuatro personas y ninguna de ellas sobrevivió, cayó en el mar, frente a la costa de Paraty, a dos kilómetros de la pista de aterrizaje.
Zavascki era instructor en el STF del caso de corrupción en Petrobras y también el encargado de homologar las delaciones premiadas de decenas de implicados en la operación Lava Jato que han colaborado con la Justicia a cambio de una rebaja en sus condenas.
El juez tenía previsto homologar en febrero cerca de 80 delaciones premiadas de exdirectivos de la constructora Odebrecht, la mayor del país, cuyas filtraciones han sacudido al mundo político brasileño.
En tres años de investigaciones, la Lava Jato ha detenido a decenas de personas, en su mayoría altos ejecutivos de empresas constructoras, así como directivos de Petrobras, la petrolera estatal eje de la trama, y varios políticos.
En el transcurso de la operación, se destapó la red de corrupción en Petrobras que reveló innumerables problemas financieros relacionados con desvío de fondos, además de provocar un terremoto político, que ha salpicado a figuras cercanas de los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Michel Temer.
Sobre el dinero presuntamente desviado, la Fiscalía calcula que la cantidad total entre 2004 y 2012 asciende a 8.000 millones de dólares, en el mayor escándalo de corrupción de la democracia brasileña.
