Perú | Castillo y Fujimori juran defender la democracia
EFE
Los candidatos presidenciales peruanos Pedro Castillo y Keiko Fujimori juraron y suscribieron este lunes una «proclama ciudadana» que los compromete a defender la democracia y el Estado de Derecho en su país, cuando faltan tres semanas para la segunda vuelta electoral en Perú.
Los candidatos, que protagonizan una de las campañas más polarizadas de los últimos tiempos, también se comprometieron a «vencer la pandemia mediante estrategias eficaces con base científica», a respetar las instituciones y la libertad de expresión y de prensa, y a «dejar el poder» el 28 de julio de 2026, cuando concluirá el mandato, sin buscar la reelección.
Además, a que cualquier cambio de la Constitución se hará «solo a través de los mecanismos legales y constitucionales», a asegurar la libre asociación, promover y proteger la lucha contra la corrupción, la inseguridad ciudadana, el terrorismo y el narcotráfico, a respetar los tratados internacionales y al sistema interamericano de derechos humanos, y la inversión privada que trabaja «sin dañar el medio ambiente».
La proclama, cuyo juramento fue dirigido por el cardenal Pedro Barreto, ha sido una iniciativa de la Conferencia Episcopal Peruana, la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú, la Asociación Civil Transparencia y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
Esta proclama es fruto de la desconfianza que ambos candidatos generan entre la mayor parte del electorado, que consideran que las propuestas de uno y otro, así como su pasado político, son una amenaza para la democracia y las libertades.
Precisamente, al inicio de la ceremonia, Barreto reconoció el «esfuerzo de ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil que la firman para dar cauce a las expectativas de amplios sectores de la ciudadanía respecto a las garantías constitucionales que esperan tener de parte de quien salga elegido».
«El cumplimiento de estas garantías constituye el mínimo exigible y no negociable… para que la democracia sea respetada y continúe en el nuevo gobierno la búsqueda del bien común», enfatizó el cardenal antes de decir que la firma de la proclama está abierta a todos los ciudadanos y que 20.000 ya la han suscrito.
Agregó que en Perú se necesita «recuperar el derecho y el deber de la ciudadanía de regenerar la nueva política con los que la ejercen por mandato de la nación» y que el juramento «contiene en síntesis los elementos esenciales de una verdadera democracia, tal como los derechos humanos fundamentales a la vida, la salud, la educación, la libertad de expresión y el derecho a la libre expresión».
EL JURAMENTO DE LOS CANDIDATOS
Al momento de la proclama, Castillo agradeció «a Dios» y pidió un minuto de silencio «por todas las víctimas» de la covid-19 en el Perú y el mundo, y aseguró que juraba «de todo corazón, por la verdadera democracia y por la igualdad de derechos y deberes para todo el pueblo peruano».
Fujimori expresó, por su parte, su «saludo cordial» a Castillo y le deseó «mucha suerte» en la campaña electoral, tras lo cual afirmó que «si el pueblo se lo permite» trabajará para «convertir al Estado en un Estado cercano, sensible, eficaz y eficiente».
Tras el juramento, Barreto resaltó «el alto significado del voto solemne que han expresado» los candidatos y aclaró que el documento no busca determinar un plan de gobierno «pero sí establece responsabilidades… que se comprenden en obligaciones de respetar y cumplir los fundamentos del orden democrático».
«Es motivo de esperanza para el Perú que los dos candidatos presidenciales haya asumido este compromiso público… ahora es potestad de la ciudadanía estar atenta y vigilante al cumplimiento del juramento aquí expresado», concluyó.
Castillo y Fujimori disputarán la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas tras haber ocupado el primer y segundo lugar de los comicios generales celebrados el pasado 11 de abril en Perú.
Los últimos sondeos de opinión señalan que el candidato del partido izquierdista Perú Libre mantiene entre 2 y 4 puntos de ventaja en las preferencias ciudadanas sobre la candidata del partido derechista Fuerza Popular.