Pekín lanza un controvertido «carnet de ciudadano por puntos»
EFE
La ciudad de Pekín iniciará el próximo 16 de abril un sistema de permisos de residencia en la ciudad para los no nacidos en ella en el que cada solicitante acumulará puntos de acuerdo con su estatus económico y social.
Según informó la agencia oficial Xinhua, «aquellos con un buen empleo, casas estables en Pekín, un buen nivel educativo o logros en innovación o emprendimiento son los principales candidatos a obtener altas puntuaciones» en el nuevo sistema, aplicado sólo a residentes en la capital que no hayan nacido en ella.
El objetivo del sistema es decidir cuáles de estos inmigrantes en la ciudad pueden o no recibir el «hukou», un permiso de residencia que las ciudades chinas establecieron desde el maoísmo con el fin de frenar el éxodo rural y sin el cual es muy difícil obtener acceso a la sanidad o la educación, entre otros beneficios.
Los solicitantes de este «hukou por puntos» podrán inscribirse en las oficinas municipales desde el 16 de abril hasta el 14 de junio (no se admitirán más solicitudes tras estas fechas) y aún no se sabe cuántos de ellos recibirán permiso de residencia, ya que la cuota se decidirá de acuerdo a criterios demográficos, señaló Xinhua.
Pueden solicitar el permiso de residencia inmigrantes que no hayan alcanzado la edad legal de jubilación ni tengan antecedentes penales, y que hayan tenido un permiso provisional durante siete años consecutivos, destacó el medio estatal.
El anuncio de la puesta en marcha del sistema se produce en el momento en el que Pekín se ha fijado un límite máximo de población de 23 millones para finales de esta década (actualmente supera los 20 millones), una decisión que ha conllevado controvertidas expulsiones de inmigrantes y cierres de miles de establecimientos.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino lleva años analizando la posibilidad de utilizar técnicas de inteligencia de datos para crear a nivel nacional un sistema de «crédito social» en el que cada ciudadano acumulará puntos según su nivel económico, su estatus o hasta sus opiniones en redes sociales.
Este sistema de crédito social ha disparado las alarmas, ante el temor de que conlleve una invasión de la privacidad de los ciudadanos chinos o genere todo tipo de discriminación si impide a las personas con «baja nota» el acceso a buenos trabajos, universidades de prestigio o ciudades más ricas.