Paraguay considera que la crisis en Venezuela amerita ser tratada con urgencia
Agencias
El ministro de Relaciones Exteriores, Eladio Loizaga, manifestó que Paraguay momentáneamente dará un paso al costado y no participará de ningún encuentro regional en donde se converse sobre la situación de Venezuela. También está analizando si concurrirá o no a la reunión de cancilleres que fuera convocada a instancias del presidente Horacio Cartes.
“Paraguay pidió la convocatoria y después de conversar con el presidente (Cartes) se va a separar momentáneamente de todo este proceso porque hay una demora en esta convocatoria. Creemos que la situación amerita considerar el tema con la urgencia del caso”, manifestó este martes el secretario de Estado.
También comentó que el Gobierno pedirá una explicación al secretario de la Unasur, Ernesto Samper, sobre sus acciones unilaterales. El mismo, en ningún momento ha seguido lo que establece el protocolo de comunicar sus acciones con respecto a lo que está pasando en Venezuela a los cancilleres.
«Hoy nos enteramos de una serie de gestiones que hicieron tres expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero de España, Leonel Fernández de República Dominicana, y Martín Torrijos de Panamá, pero son iniciativas que deben ser consultadas con los estados miembros de la Unasur y Mercosur y especialmente con los cancilleres”, refirió.
Por último dijo que Paraguay ratifica nuevamente que es necesario que se respeten los derechos humanos, el estado de derecho y los procesos constitucionales en Venezuela, y recordó que los diálogos propuestos desde finales de 2014, no han tenido respuestas.
La semana pasada Paraguay pidió una cumbre de cancilleres del Mercosur a fin de estudiar la situación por la que atraviesa Venezuela, en el marco del Protocolo de Ushuaia I. Hasta ahora no hay fecha de convocatoria.
También a través de la Cancillería, emitió un comunicado donde expresaba su preocupación en torno a la situación actual por la que atraviesa el pueblo venezolano, al tiempo de exhortar al gobierno, a los actores políticos y sociales a que no escatimen esfuerzos en aras de la pacificación, evitando alternativas radicales que solo perjudicarán aún más a la población.