País en crisis: La gasolina aviva las llamas de la polarización en Venezuela
EFE
La grave escasez de gasolina que sufre Venezuela está marcando el paso a un nuevo proceso de polarización en el país suramericano, donde hasta hace poco todas las culpas por la crisis generalizada recaían en la figura de Nicolás Maduro, pero la falta de combustible repartió responsabilidades con la oposición.
El fenómeno está rompiendo una línea que inició en 2014, cuando una escasez de alimentos básicos y fármacos golpeó con fuerza a la nación y los señalamientos cayeron sobre Maduro, eliminando años de enfrentamientos y acusaciones cruzadas entre los simpatizantes del oficialismo y la oposición.
«UN DESASTRE»
Graciela Serrano, una enfermera que trabajó durante 35 años en el mayor hospital público de Caracas, explicó a EFE que su pensión de poco más de dos dólares no le alcanza para vivir y tuvo que volver a trabajar, ahora en el sector privado.
Muchas veces, por tener el tanque de combustible de su auto vacío, debe caminar para llegar a su lugar de trabajo.
«Este país es un desastre», dijo luego resignada. «Aquí realmente tiene que haber un cambio de Gobierno», añadió.
Ella es una de los miles de venezolanos que trasladan al Gobierno de Maduro la culpa de la escasez de gasolina, que mantiene detenidos los autos del país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta.
Pero su forma de pensar no es la de todos, aunque si en algo coinciden es que el país debe cambiar.
En la misma fila otros conductores culparon al presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, por la afectación del suministro.
MADURO, RESPONSABLE
«Es el usurpador que está en (el palacio presidencial de) Miraflores quien tiene todo este peo (problema), porque si ese tipo sale (del poder) esta vaina comienza a caminar», dijo Serrano, reiterando que Maduro es el único responsable de esta situación.
La mujer aguardaba el miércoles en una larga fila en las cercanías de una gasolinera de la ciudad de Guatire, cercana a Caracas, donde tenía esperanzas de poder repostar el viernes, según el turno que le adjudicó un programa gubernamental de suministro. La espera, en los últimos días, supera las 24 horas.
GUAIDÓ, CULPABLE
«Esto es por las sanciones», dijo a Efe un hombre que prefirió no dar su nombre. «Y las sanciones son de Guaidó», agregó a bordo de su viejo Chevrolet Malibú de la década de 1980.
Guiadó, líder de la oposición venezolana y a quien medio centenar de países reconocen como presidente interino, ha defendido las sanciones como un método para presionar a Maduro y forzarle a renunciar o aceptar «elecciones libres y justas».
Y aunque controla algunos activos de Venezuela en el exterior, la influencia del opositor sobre Pdvsa o la dirección de la alicaída industria petrolera venezolana es nula.
En febrero pasado, el ahora ministro de Petróleo de Venezuela, Tarek El Aissami, dijo que las sanciones estaban mermando la capacidad del país para refinar crudo y producir gasolina.
LAS REFINERÍAS VENEZOLANAS, AL MÍNIMO
Pero el economista Leonardo Buniak dijo a Efe que es «absurdo» intentar justificar la caída de la capacidad refinadora de Venezuela con las sanciones.
«Hace dos años, Venezuela empezó a importar gasolina, unos 120.000 barriles diarios como consecuencia del deterioro de las refinerías, y esa capacidad de importación se vio cortada por la caída de los ingresos petroleros. Ni siquiera está vinculada al precio del petróleo, sino a la producción», aseguró.
Según un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), que cita fuentes secundarias, Venezuela producía a finales de 2019 poco más de 640.000 barriles de crudo por día.
Un dato que contrasta con el promedio de bombeo de 1998, -el año en que el fallecido presidente Hugo Chávez llegó al poder y puso en marcha su llamada revolución bolivariana- cuando el país producía 3.5 millones de barriles por día.
SIN DINERO, SIN GASOLINA
Además, Buniak explicó a Efe que todo el bombeo actual del país no genera caja, puesto buena parte está destinado a pagar deudas, se comparte con socios de empresas mixtas o se envía a miembros del programa de petróleo subisidiado conocido como Petrocaribe.
Es por ello que -sostuvo- que la capacidad de Venezuela para comprar gasolina en el exterior se vio cortada.
El experto también dijo que Venezuela tiene una capacidad instalada para refinar 1.3 millones de barriles diarios de crudo, un número que sobrepasa el requerimiento diario de gasolina de los venezolanos.
«En 2013, cuando Maduro llegó al poder, Venezuela exportaba gasolina», indicó.
En ese sentido, dijo que la falta de inversión, la pésima gerencia y la pérdida de personal capacitado minaron las refinerías de Venezuela.
«La capacidad de producción de gasolina de Venezuela está en solo 8 %», dijo. «Pero en mi opinión, no tiene nada que ver con las sanciones porque se pueden importar los aditivos de África del Norte o Irán, como lo están haciendo», agregó al recordar la reciente compra de gasolina que hizo el régimen venezolano a la nación persa.
GUAIDÓ, «EL DÉBIL DE LA RELACIÓN»
Por su parte, el analista Ricardo Sucre explicó que muchos señalan a Guaidó como responsable de la escasez al tomar nota de las constantes acusaciones del Gobierno.
«El Gobierno tiene un dominio de la información grande y la versión de Guaidó no entra allí, no tiene espacios más allá de las redes sociales», dijo.
«Te puede decir ‘estoy trayendo barcos (con gasolina) de Irán’ y alguien te puede decir: ‘¿Qué trae la oposición?’. Ya no es suficiente decirle a la gente que no se hace nada porque en el Gobierno hay ladrones», precisó.
También señaló que para algunos «es más fácil culpar al débil de la relación», en alusión a la pugna que mantienen Maduro y Guaidó por el control del país.
«A lo mejor no te hablan mal del Gobierno porque temen que en las gasolineras haya figuras de poder (y no les dejen surtir sus vehículos)», y entonces es más fácil hablar mal de la oposición», explicó.
Además, aseveró, algunos ciudadanos interpretan que la oposición que se agrupa bajo la figura de Guaidó «apuesta al desastre» para forzar un cambio de Gobierno.
«La oposición no lo dice abiertamente así, pero dan a entender que su apuesta es a que ocurra un desastre, que haya muchos casos de coronavirus, que el agua se acabe, que ocurra un apagón, que la gente explote por la gasolina. Dejan ver eso, no lo dicen abiertamente, y la gente tal vez mete allí el tema de las sanciones». EFE